jueves, 4 de mayo de 2023

LA OPOSICIÓN IMPOSIBLE


Era un día soleado de primavera cuando miles de aspirantes a funcionarios se dirigieron a los centros de examen para realizar la prueba más importante de sus vidas. Habían estudiado durante meses, años, algunos incluso décadas, para conseguir una plaza en la administración pública. Un trabajo estable, seguro y bien remunerado era el sueño de muchos en un país azotado por la crisis, el paro y la corrupción.

Pero lo que no sabían los opositores era que el examen que iban a hacer había sido elaborado por unos políticos que no tenían ni idea de lo que era una oposición. Ellos habían llegado a sus cargos por enchufe, nepotismo o simpatía, sin pasar por ningún filtro de mérito o capacidad. Su único criterio para diseñar las preguntas había sido el de dificultar al máximo la prueba, para que solo aprobaran los más listos, los más preparados, los más afines a su ideología.

Para colmo, los políticos habían contratado a una empresa privada para que se encargara de la logística y la vigilancia de los exámenes. Una empresa que resultó ser propiedad de un amigo suyo, que les había hecho un favorcito a cambio de una jugosa comisión. Una empresa que no tenía experiencia ni medios para organizar un evento de tal magnitud y complejidad.

El resultado fue un caos monumental. Los exámenes llegaron tarde o no llegaron a algunos centros. Los sobres estaban mal sellados o mal etiquetados. Los vigilantes no sabían cómo identificar a los opositores ni cómo distribuirlos por las aulas. Los relojes no estaban sincronizados ni había megafonía para avisar del inicio y el final de la prueba. Los opositores se encontraron con preguntas ambiguas, erróneas, fuera del temario o directamente absurdas. Algunos se quedaron sin tiempo para terminar, otros se quedaron sin papel para escribir, otros se quedaron sin ganas de seguir.

La indignación fue generalizada. Los opositores se sintieron engañados, humillados, frustrados. Las redes sociales se llenaron de quejas, denuncias y memes. Los medios de comunicación se hicieron eco del escándalo. Los sindicatos y las asociaciones de opositores exigieron la anulación del examen y la dimisión de los responsables.

Pero los políticos no dimitieron. Se limitaron a pedir disculpas por los "fallos técnicos" y a anunciar la repetición del examen en otra fecha. Una fecha que nunca llegó, porque el proceso se paralizó por los recursos judiciales presentados por los afectados. Una fecha que nadie quería, porque nadie confiaba en que el examen fuera justo y transparente.

Y colorín colorado esta oposición no ha terminado.

“Quizá la obra educativa que más urge en el mundo sea la de convencer a los pueblos de que sus mayores enemigos son los hombres que les prometen imposibles.” (Esto lo dijo Ramiro de Maetzu, nacido el 4 de mayo de 1875 y enemigo declarado de l@s polític@s de izquierdas que acabaron pasándolo por las armas en octubre de 1936)

Y que cumplas muchos más de los 44 de hoy. Un chico educado este Lance Bass que se despide no una, sino tres veces. Ja veieu que els inútils triomfen en política i son els que estiren els fils. Com es nota que mai han passat una entrevista de treball o una oposició.


 

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