ES MÁS FÁCIL GANAR EL GORDO DE NAVIDAD QUE ESTAR VIVOS
La fila frente a la administración de lotería parecía el casting para una película de zombis con problemas de frío. Hombres, mujeres y alguna que otra estatua humana esperaban su turno, abrazando décimos como si fueran la receta secreta de la felicidad. En medio de aquel desfile de esperanzas congeladas, estaban Alberto y Samuel, dos especímenes del género humano que, según ellos, merecían un premio solo por haber madrugado.
—Samuel, ¿alguna vez has sentido que tu vida pende de un hilo? —preguntó Alberto, mientras tamborileaba el décimo contra el mostrador.
—Sí, cuando mi madre usaba la máquina de coser y yo era el hilo —replicó Samuel, más serio que un juez sin café.
—Pues deberías estar agradecido —continuó Alberto—. Cada uno de nosotros ya ganó la lotería de la vida. Compitieron millones y ganamos nosotros. Somos el último milagro de estadística, y ahora estamos aquí intentando un milagro con descuento.
Samuel lo miró como quien observa a un gato intentando abrir una lata de sardinas.
—¿Te refieres a...?
—A espermatozoides, Samuel, a espermatozoides. Cada uno de nosotros es el campeón olímpico del adn. Ganamos una carrera de cien millones de participantes. Somos el Usain Bolt del ámbito microscópico.
Samuel suspiró y sacudió la cabeza.
—Siempre logras que algo hermoso suene asqueroso.
Detrás de ellos, un hombre mayor que vestía como si el mundo le debiera una disculpa, se inclinó para participar en la conversación.
—Jóvenes, tienen razón. ¿Saben cuánto pierde el Estado si alguien como Amancio Ortega compra todos los billetes?
—Treinta por ciento del total —dijo Samuel con una sonrisa cínica—. Pero eso solo significa que el resto de nosotros seguimos siendo pobres con descuento.
El hombre rio y siguió adelante, dejando tras de sí una estela de teorías económicas y un leve aroma a chicle de menta. Mientras tanto, una mujer con gafas que parecían más caras que su abrigo, se acercó para corregirlos.
—En realidad, la probabilidad de ganar algo es del quince por ciento. Lo demás es estadística y consuelo barato. Es como Tinder: apuntas al premio gordo, pero al final, si tienes suerte, te toca el reintegro.
Samuel la miró con admiración.
—¿Te lo aprendiste de memoria o viene con las gafas?
La mujer rio, y Alberto, decidido a impresionarla, añadió:
—Entonces, según tus cálculos, estar vivos es como jugar a la lotería.
—Exactamente —dijo ella, empujándose las gafas con un dedo—. Ganamos una vez, pero ahora intentamos no malgastar el premio.
Cuando finalmente llegaron al mostrador, Alberto y Samuel compraron un décimo conjunto, un homenaje al azar que los había colocado en la misma fila. La mujer de las gafas también compró uno, y al salir, los tres decidieron tomarse un café. Durante horas, discutieron sobre la vida, la improbabilidad y el precio escandaloso de los croissants.
Y así, celebraron no solo el hecho de estar vivos, sino también el milagro de encontrar compañía en una fila absurda. Porque, al final, la vida no se trata tanto de ganar, sino de tener con quién compartir las derrotas.
«L’interrogant que hi ha després de la mort no em preocupa gens, segur que serem feliços, encara que sigui descansar tranquil·lament d’una vegada, senses músiques ni històries» (Emili Teixidor, nacido el 22 de diciembre de 1932 para escribir toda su vida en catalán en tiempos difíciles. No seré yo quién traduzca. Por cierto una de sus novelas fue llevada al cine: “Pa negre”)
Hoy Maurice y Robin hubiesen cumplido 75 años; el primero se quedó en los 54 y, el segundo, en los 63. Se llevaron su fiebre del sábado noche a que la bailasen eternamente en la habitación de al lado. Ahí tenéis una pequeña muestra.
Dies Solitaris
Cada matí, la cadira buida em recordava el pes de la seva absència. La tassa de cafè es refredava al ritme dels meus pensaments, que ballaven entre records d'un "nosaltres" i el buit d'un "jo".
Al carrer, la pluja semblava burla; gotes rítmiques sobre la finestra, com si els Bee Gees haguessin posat banda sonora a la meva solitud. "Lonely days, lonely nights," xiuxiuejaven les meves passes, un eco trencat al paviment moll.
Però una tarda, el sol va travessar les cortines. Vaig respirar. Potser, només potser, el futur podria ser menys solitari que els dies.
Y, como no podía ser de otra manera, "bonus track": "Words"
Y como eran tres y a mi me gustan otro "bonus track": "Run to me". Y paro porque sino pondría todos sus canciones.
Bee Gees, uno de mis grupos preferidos, los textos excelentes!
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