EL FUTBOLISTA VIOLADOR… PERO MENOS
Su carrera como futbolista le había llevado a jugar en los clubs más prestigiosos y a acumular una fortuna. El dinero le daba una falsa imagen de atractivo y simpatía, y las mujeres se le rendían. Amante de la fiesta, solía llevarse a sus ligues a un reservado en una discoteca de la ciudad, donde les mostraba su destreza con las pelotas, sin importarle si ellas querían o no. Un día, ya en el declive de su profesión pero no de su afición por la juerga, violó a una de esas chicas en los baños del reservado. Él pensó que su fama y su dinero le librarían de cualquier consecuencia, como solía pasarle antes, y no le dio mayor importancia. Pero la mujer lo denunció y lo señaló como el violador. Las pruebas contra él eran contundentes y, ante el riesgo de que huyera, la juez ordenó su ingreso en prisión hasta el juicio. Pasó un año y durante ese tiempo, el acusado cambió de versión tantas veces como de abogados. Dio hasta cuatro versiones distintas de lo ocurrido, lo que aumentó las sospechas de su culpabilidad. Se enfrentaba a una pena de entre cuatro y doce años de cárcel. Poco antes del juicio, el futbolista violador depositó en el juzgado 150.000 euros para indemnizar a su víctima, una miseria comparado con su riqueza. Llegó el día del juicio y se dictó la sentencia. Cuatro años y seis meses. Casi la mínima. El motivo: haber pagado por adelantado los 150.000 euros, porque si no le habrían caído 12 años. Así que su dinero le rebajó la gravedad de su delito. El mensaje que enviaron con esa sentencia no pudo ser más “ejemplar”: si no tienes pasta, no violes.
"La existencia humana debe ser una búsqueda constante de significado." (Karl Jaspers, nacido el 23 de febrero de 1883, se pasó la vida buscando las definiciones de las cosas que iba encontrando)
Hoy hubiese cumplido 76 años pero tanta glucosa lo levó hasta los 72.
L'aroma dolça envaïa la botiga. El Marc es va acostar al prestatge a la recerca del caramel perfecte per a alegrar la seva tarda. Els seus ulls passaven d'un acolorit embolcall a un altre, indecís davant tanta varietat.
De sobte, un va cridar poderosament la seva atenció. Un caramel en forma de flor, els seus pètals d'un rosa intens prometien la més dolça de les experiències. Sense dubtar-ho, ho va prendre entre els seus dits. En destapar-ho i portar-li-ho a la boca, un esclat de sabor el va recórrer. En aquest moment va comprendre que havia trobat el seu preferit.
Amb un somriure es va dirigir a casa, taral·larejant alegrement la cançó que ho acompanyava en cadascun dels seus feliços moments.
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