CERTEZAS Y DUDAS ®
Estoy lleno de vacío.
Un vacío que no pesa, pero aplasta. Que no tiene forma, pero me moldea. Quizás siempre estuvo ahí, quizás lo fui acumulando con los años, como quien colecciona ausencias sin darse cuenta.
Tal vez sea porque mis pensamientos los haya pintado de negro transparente, un color imposible que me obliga a dudar de lo que veo, a cuestionar lo que pienso. Cuando intento descifrarme, las palabras resbalan en mi mente como gotas de lluvia sobre un vidrio empañado. Hay algo escrito ahí, pero no sé si soy yo quien lo ha escrito o si es solo la sombra de algo que alguna vez creí cierto.
O tal vez se deba a la inseguridad de mis actos, esos pasos que doy con la firmeza de un equilibrista borracho. Me muevo en un mundo rígido, pero a cada paso el suelo se deforma, se estira, se retuerce bajo mis pies. Y entonces me pregunto: ¿soy yo el inestable o es el mundo el que se tambalea?
Aunque creo que todo se debe a la vulnerabilidad de la fortaleza que me cubre. La he construido con esmero, ladrillo a ladrillo, convencido de que me protegería. Pero en algún momento se convirtió en un castillo de cristal, frágil, hermoso en su engaño. Cada reflejo en sus muros me muestra versiones distorsionadas de mí mismo, y en cada grieta descubro la evidencia de mi desnudez.
Lo que sí puedo asegurar, con una certeza que no admite réplicas, es que estoy repleto de dudas.
Mis evidencias están colmadas de incertidumbres.
Mis afirmaciones llevan la huella de lo que ignoro.
Y cuanto más intento agarrar la verdad, más resbala entre mis dedos, evaporándose como un sueño al despertar.
Tal vez, después de todo, la única certeza posible sea aceptar que nunca dejaré de dudar.
Y en esa duda, quizás, esté la única verdad que realmente me pertenece.
«La democracia no consiste en que el pueblo vote, sino en que su voluntad se respete» (Nemesio García Naranjo, nacido el 8 de marzo de 1883 cuando aún no se había inventado el día de la mujer trabajadora y eso que hacía mucha falta)
Y que cumplas muchos más de los 80 de hoy junto a tus compañeros que el amor si existe; si no, pregúntale a tu corazón.
Amor i altres supersticions
Quan la veia passar, el cor li feia un salt que fregava l'arítmia. Però no era amor, es deia. L’amor no existeix, només és una il·lusió col·lectiva, com la loteria o les dietes miraculoses.
Un dia, va relliscar amb una fulla humida i ella el va ajudar a aixecar-se. La seva mà, càlida, es va tancar al voltant de la seva, i en aquell instant, va saber-ho. Era real. Existia.
Va passar d'escèptic a creient en dos segons. Però, com qualsevol fe supersticiosa, l’efecte només li va durar fins que ella el va deixar en llegir-li la mà... i veure un futur sense ella.
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