Nunca me dijiste dónde podía
encontrarte. Te he buscado por todas
partes y durante muchos años, tantos como mi edad. No me ha importado porque me
he llevado conmigo el azul del cielo, el rojo sangrante de las hojas de los
árboles antes de caer, el dorado de los pétalos que yacen en el suelo, el pardo
de la corteza de los pinos, el verde del musgo que arropa a las piedras romas,
el amarillo del sol que deslumbra al atardecer, el blanco brillo de la luna y
las estrellas, el grana de los matorrales y el naranja de las flores tardías de
verano. Me he llevado todos esos colores, colores de otoño que te regalaré
cuando vuelva a nacer la próxima primavera.
La belleza del otoño es insuperable
ResponderEliminarSi, está la belleza del invierno... y de la primavera... y del verano... Aquí me paro porque no acabaría nunca de rellenar los puntos suspensivos.
ResponderEliminary con razón no encuentro las estrellas, ni las flores, malvado déjame algo.
ResponderEliminar¡¡Pero si ya lo tienes todo !! ;) Que sepas que me has hecho feliz esta tarde. Soy feliz cuando veo que la buena gente se multiplica. Nos hace tanta falta.
ResponderEliminaresclar cada estació te les seves meravelles, però noi, serà que jo sóc "fan" de la tardor :)
ResponderEliminarNo, si yo también. Me encanta la caída de la hoja sobre todo lo hace (caer) de lugares estratégicos... No, no hay que pensar mal ;)
ResponderEliminarSeguro que si pienso mal acierto :)
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