SEGUIMOS BUSCANDO EL TIEMPO PERDIDO
A Marcel Proust sólo le hizo falta una magdalena mojada en el té para escribir los siete tomos de su obra "En busca del tiempo perdido". Solo unos segundos, tal vez un minuto, para conseguir una de las obras más significativas de la literatura mundial. No perdió el tiempo escribiendo pero no pudo encontrar el perdido en sus 51 años de vida. Hoy se cumplen 100 de la muerte del escritor y seguimos perdiendo el tiempo mientras el planeta agoniza. Dirigentes mundiales están reunidos desde el 7 de noviembre en Sharm el-Sheij (un oasis en el desierto egipcio) para hablar del cambio climático. Entre el lujo de l@s alojad@s, la repetición de los mantras de siempre y el incumplimiento de los acuerdos o buenas intenciones a los que llegan, despilfarran el tiempo y el dinero de tod@s. Tiempo y dinero perdido que hace falta para los niños, adultos y ancianos que se mueren de hambre, sed y enfermedad muy cerca de donde comen y beben los conferenciantes. Y todo ello ante la atónita indiferencia del mundo.
"El amor es un ejemplo sorprendente de lo poco que la realidad significa para nosotros" (Proust, Marcel Proust, como no)
Y que cumplas muchos más de los 62 de hoy. I recordeu que el temps passa, i a poc a poc tot el que hem parlat en falsedat es torna veritat. Conclusió: no perdem el temps.
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