domingo, 30 de noviembre de 2025

 HUIDA DE MÍ MISMO

Cuando por fin hice la maleta, no pesaba tanto la ropa como las palabras que no te había dicho.

Tú estabas en la cocina, peleándote con la cafetera, tarareando esa canción horrible que a mí me sacaba de quicio y a ti te alegraba las mañanas. Te giraste y me sonreíste con la taza en la mano, como si el mundo fuera un lugar sencillo: agua, café, azúcar y dos personas que se quieren.

—¿Te vas a trabajar ya? —preguntaste.

Asentí. Mentí. Me quedé unos segundos mirando cómo te recogías el pelo, cómo te quedaba grande la camiseta, cómo te brillaban los ojos sin motivo aparente. Todo eso que, durante años, confundí con inmadurez, con ingenuidad, con que “no estabas a mi nivel”.

La verdad era otra: nunca estuve al tuyo.

No fue tu cuerpo, ni tu mente, ni la risa que a veces me avergonzaba en público. Fui yo y esta manía de diseccionar todo, de buscar defectos hasta en la luz del sol. Fui yo, siempre de mal humor, siempre con prisas, siempre con miedo de que alguien me quisiera de verdad.

Dejé las llaves sobre la mesa. Sonó un tintineo mínimo, casi educado, como pidiendo perdón por mí.

Cuando cerré la puerta, supe que no huía de ti.

Huía de la versión de mí que nunca se atrevió a quedarse.

«Cuando un gobierno no puede gobernar, deja de ser legítimo, y quien tiene el poder de derrocarlo tiene también el derecho de hacerlo.» (La frase de Theodor Mommsen que nació el 30 de noviembre de 1817 no ha sido leída por much@s dirigentes actuales)

Pues ya lo veréis en el vídeo, poniéndole marcha a la vida con 70 años que cumple hoy. No sé yo si con ese ritmo cumplirá muchos más, pero bueno, ahí está. 

Nit de neons i promeses

Em va agafar de la mà just quan el DJ va cridar alguna cosa inintel·ligible i tots van cridar “Mony Mony” com si fos un conjur. Jo només veia llums trencades al sostre i somriures mig borrats. Ella em va xiuxiuejar a l’orella:

—No et pensis res, això només és ballar.

Però els seus dits em dibuixaven futurs a la pell. Quan van encendre els fluorescents, només quedava fum, suor… i el seu telèfon mal apuntat al meu canell.


 

 

sábado, 29 de noviembre de 2025

 EL TOBOGÁN ®

Estoy sentado en la plataforma del punto más alto de mi vida. Desde aquí el final todavía no se ve, pero pesa en el aire. El ascenso ha terminado y solo queda deslizarse. Dos caminos me esperan.

El primero baja en línea recta, voraz. A cada lado, las barandillas son el corsé de mis miedos, deudas y rutinas; basta dejarme caer y él hará el resto.

El segundo serpentea. No tiene barandillas; tiene tiempo. Me obliga, mientras desciendo, a ir cosiendo al jubón bolsillos de recuerdos, nombres, errores y pequeñas victorias, para no llegar con las manos vacías.

Sé que ambos terminan en el mismo suelo, pero en uno aterrizo con la ropa que me han elegido otros. En el otro llego más tarde, tal vez, pero con un jubón propio y sin la vergüenza de estrellarme desnudo de existencia.

«Sense llengua pròpia no hi ha ànima col·lectiva, i sense ànima col·lectiva un poble és només una multitud.» (Si Enric Prat de la Riba, nacido el 29 de noviembre de 1870 resucitara –hecho imposible como no sea en espíritu- observaría la realidad catalana: nos estamos convirtiendo en multitud y los actuales dirigentes, aún quieren más multitud)

Pues un 29 de noviembre de 2019 la canción del vídeo llegó a ser la más reproducida en Spotify... y eso que aún no patrocinaba al Barça. 

 Llums que no deixen veure

Els semàfors parpellegen com si també dubtessin. Condueixo pels carrers buits, amb les llums encegadores menjant-se el cel de vidre.

La ràdio escup un sintetitzador retro i em diu que encara hi ets, en algun balcó il·luminat.

Truco, penjo, torno a trucar. Cada to és un far de neó que em perfora el pit. Accelero quan el record s’espesseix, freno quan el teu nom gairebé surt de la meva boca. Quan finalment contesta algú, només se sent clarament el meu silenci.