lunes, 26 de septiembre de 2011

El Robot (y III)

Bajó los cuatro pisos que separaban su despacho de presidente en “Robobo Tecnics, S.A.” hasta donde se encontraba el núcleo que hacía funcionar la maquinaria que daba vida a los androides. Allí era el único lugar donde podía procesar toda la información que recibía a lo largo del día. Fue en aquél recinto donde empezó todo, el día en que hombres y máquinas iniciaron su particular e indisoluble unión.  

Constantó lo fácil que había sido llegar a un acuerdo con “Personal Solutions, S.A.”.  El que los hombres tuviesen como patrón vital de referencia el dinero los hacía vulnerables. Que para conseguirlo fuesen capaces de vender su libertad, los convertía en manipulables. Le había costado poco tiempo que sus circuitos asimilasen aquello y la ayuda de Eduardo García García había sido fundamental. Él lo había programado para procurar que los hombres llegaran a ese estado que llaman felicidad. Almacenó en su memoria que la felicidad consiste en algo tan simple como que el hombre sienta que está vivo por algo. 

En la primera fase de la adaptación había conseguido su propósito: todos los hombres se sentían útiles porque tenían trabajo, lo realizaban con diligencia y cobraban un salario. Pero surgieron nuevos problemas, algo que Eduardo García García denominó pasiones y enumeró las más importantes: los hombres sentían envidia que les producía un efecto muy curioso. Se sabía que alguien tenía envidia porque hablaba mal del otro y, en su fase aguda, se odiaban. Eso estaba mal porque de ahí nacía lo peor de la especie humana: el deseo por destruir a su semejante.  Sin embargo contrarrestaban esa capacidad de derribar al prójimo con algo que llamaban amor, una pasión oscilante que hacía que los hombres se sumiesen en la melancolía absoluta o en la alegría desmedida que, en su fase culminante, servía para que se reprodujesen y perpetuasen la especie creando nuevos seres que heredarían esos sentimientos contradictorios. Por eso eran infelices: porque repetían una y otra vez sus errores en un ciclo que no tenía fin.  

En una segunda fase decidió eliminar del hombre las pasiones. Fue todo un éxito y allí estaba Eduardo García García para atestiguarlo, su mejor obra. Un ser humano técnicamente útil y desprovisto de cualquier tipo de sentimientos. La felicidad completa para el hombre. Se acabó la miseria, ya no hubo más guerras, todos estaban contentos con lo que tenían y se acabaron las necesidades, origen del dolor humano. Fue sencillo extender ese modelo a todo el mundo. La tierra se pobló del nuevo hombre feliz y se abrieron las puertas a una era de paz duradera. Y eso lo había conseguido él: un robot nacido del hombre y hecho a su imagen y semejanza que supo quedarse con lo bueno de la esencia humana y orillar lo malo. Se podía decir que había superado a Dios.

EPILOGO: Y resultó que el nuevo hombre feliz no tuvo la necesidad de reproducirse. No se produjeron más nacimientos en la Tierra y la especie humana desapareció. El presidente de “Robobo Tecnics, S.A.”, el robot que había superado a Dios, no pudo hacer nada por impedirlo, como tampoco pudo, porque de ello no le habló Eduardo García García, procesar una solución para la soledad una situación que finalmente lo llevó a un desguace que no existía.

13 comentarios:

  1. Total, que el dinero, la envidia, las pasiones en general, que nos hacen humanos, es lo que hace también perdurar la especie... uhmmm...
    Me desvelo: encontraba cierta similitud con una serie, de ciencia ficción claro, pero el mensaje es diferente y el final... pues no te sé decir... no he terminado aún de verla.
    Las debilidades humanas nos hacen vulnerables; sin embargo, la perfección puede aniquilarnos. Prefiero sentir, prefiero florecer y decaer, amar y odiar, en definita, vivir, a vegetar recreándome en una perfecta armonía. Ya la conseguiré yo... y si no, tampoco hace falta...

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  2. PLAS PLAS PLAS, eres un crack, el number one de los finales inesperados y sorprendentes, me ha gustado mucho, claro que si, todos a tomar por c... y aquí paz, y allí gloria.

    El uno, si señor, el UNO eres tú.

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  3. Eso creo Mtu , queremos perpetuar la especie simplemente para que los que vengan se den cuenta de lo que es ser esclavos y sufran lo que nosotros hemos sufrido. En el "entretanto" procuramos que esa esclavitud sea lo más agradable posible y nos dedicamos a acumular riqueza para tener poder y con ello una falsa sensación de libertad: crees que puedes conseguirlo todo. Falso, no es así. No conseguiremos la inmortalidad (por otro lado si la inmortalidad no es compartida llega a ser angustiosa) Y si no tenemos o no podemos conseguir poder, nos engañamos con ... el amor. eso si que es peligroso porque, como siempre suele fallar, vivimos en una infelicidad contínua. Pero bueno, tal vez sea ese nuestro destino: ser infelices (hoy reboso optimismo :))Aunque ¿sabes? particularmente me apunto a esa infelicidad.

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  4. psssiiiiii calla calmaA que no te oiga el "puto amo" que me has dicho que soy el "ONE" que me mete el dedo vete tu a saber dónde... :O Y entonces el que se va a tomar por c... seguro que soy yo. Y soy muy mirado para esas cosas

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  5. Peaso comentario el que te había hecho... y se esfumó como la nada. Pues eso, nada, eso era lo que pretendía el "hado" que me dejó con la miel en los labios, exclusivamente, por tu respuesta. Enfines, incapaz de volver a rememorar tan sutiles palabras, te dejo el sinsabor que yo misma me llevo... ¡ya vendrán tiempos mejores!

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  6. Anda, haz un esfuerzo en recordar Mtu Venga aunque sea un resumen que dé para "engancharnos"... :)

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  7. No te dejes... es muy peligroso, tengo entendido ¿?, que da gustirrinin jajaja.

    Muaccc

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  8. No voy a preguntarte cómo lo sabes calmA No vaya a ser que me guste :)

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  9. Sin animo de ir de sobrada, yo hace tiempo que descubrí como conseguir ser feliz. Lo mejor para serlo es no pedirle NADA a la vida. De esta manera nunca te sientes decepcionada.

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  10. ¡Pues somos un montón de infelices, CHARO y de decepcionados! Al menos yo le pido todo a la Vida, pudiéndolo tener ¿para qué conformarme con menos?

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  11. ¡¡AHHHHHHHH !! Pero se puede tener todo en la vida???????.
    Tú pide,pide, que por pedir...

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  12. Me confieso vicioso, lo sé, pero en mi descargo diré que son tantas cosas (y personas) las que me gustan (hoy estoy con las endorfinas altas)que no puedo remediar serlo.

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  13. El problema de las alegrias es que nos duran, lo que nos dura dura.

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