Ernest Hemingway decía que el cuento era la fotografía de un instante... Y yo tengo mucho cuento
domingo, 24 de febrero de 2013
¿Por qué le llaman amistad cuando quieren decir sexo?
domingo, 10 de febrero de 2013
Al cruzar el portal...
Se estaba preguntando cómo había
llegado hasta allí. No encontraba respuesta al porqué deambulaba con el coche
tratando de encontrar un buen ángulo de visión de la entrada de aquella portería
situada en una calle semipeatonal. Tal vez la pasión que le desbordaba el alma
era la causa. O tal vez la de ella, una pasión desconocida para él que unas
horas antes había visto reflejada en sus ojos y expresada en su cuerpo lleno de
caricias de “te quiero”.
Ahí estaba, queriendo ver sin ser visto, intentando que
su coche pasase desapercibido. Amparado en la oscuridad y en su propio yo
irreconocible, esperaba que ella
apareciese con el argumento que aliviase
su miedo. Miedo a que la pasión le arrastrase a los misterios de un futuro
desconocido e incierto. Un futuro que dependía de la verdad de ella.
La cobardía deseaba verla
aparecer por aquél portal a lomos de la moto de Jaime y entrar en su domicilio.
Ella le negaría cualquier relación que no fuese amistad, como si eso fuera
posible en la intimidad de una habitación entre hombre y mujer. Esa sería la
excusa para dejar aquella locura nada recomendable para un hombre maduro y
aparentemente estable. Pero su interior se aferraba a la realidad de una
ilusión y le empujaba a vivirla.
Pasó una hora y otra y otra y no
aparecía. El ulular del sonido de las ambulancias le sirvió para decidir que ya
estaba bien la espera. Puso rumbo a su casa donde le esperaba el equilibrio. En
su cara se dibujaba una sonrisa. Sabía que ella no había cruzado el portal con
Jaime. No lo haría nunca, aunque de eso se enteró a la mañana siguiente cuando
abrió la sección de sucesos del periódico y leyó la noticia del fallecimiento
de una pareja al ser embestida por un camión la moto en que viajaban.
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