EL HUNDIMIENTO
La URSS se desintegró como un
azucarillo allá por 1991 y con ella el comunismo más rancio y mohoso. Supo
reconvertirse en Putin un tipo como Jordi Pujol, salvando las distancias, es
decir con poca planta física pero con un gran carisma y habilidad política
respetado por sus enemigos e idolatrado por sus escasos amigos. Los EE.UU y con
ellos el capitalismo más exacerbado y animal, empezaron su declive con el desplome
de las torres gemelas. Aunque cambiaron de color, no han sabido reconvertirse y
han acelerado su descomposición poniendo al frente de tal empresa primero a un
loco peligroso y ahora a un individuo decrépito no apto para la política de
alto voltaje en que vivimos. Sin embargo sus músicos siguen tocando en casa ajena, como los del Titanic sin hacer caso a su hundimiento y despreciando las vidas que se llevará por delante. Está desapareciendo el capitalismo y no sabemos en
qué se está transmutando de ahí que vayamos despistados sin saber qué camino
tomar: si a derecha, al centro o a la izquierda. Por si acaso yo tomaré el mío.
Si lo encuentro.
En febrero de 1998 fue la
canción más popular y la más escuchada por mi hija Valldeflors.
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