LOS POLÍTICOS 

Era un día de primavera en cualquier parlamento del mundo. Los rayos del sol iluminaban los grandes ventanales del edificio, y el canto de los pájaros se podía escuchar en todas partes. Dos políticos estaban sentados en una pequeña sala de descanso, cambiando ideas acerca de las recompensas por el servicio público.

El primer político, un hombre maduro con un gran bigote y un rostro arrugado, habló con voz seria. "La recompensa que yo más deseo es la gratitud de mis conciudadanos. Ver a la gente feliz y próspera gracias a mis políticas y a las que ayudó a implementar; sería lo mejor que podría desear."

El segundo político, una mujer joven con el pelo recogido en una cola de caballo, asintió con la cabeza. "Eso sería muy gratificante, sin duda. Pero es una lástima que con el fin de obtenerla tenga uno que retirarse de la política."

Por un instante se miraron uno al otro, con inexpresable ternura. Aunque pertenecían a opciones políticas opuestas era evidente que ambos sentían un gran aprecio el uno por la otra y la otra por el uno.

Finalmente, el primer político murmuró: "Ya que no podemos esperar una recompensa, démonos por satisfechos con lo que tenemos". Y sacando las manos por un momento del tesoro público, ambos se las estrecharon jurando dedicarse a su trabajo con sacrificio y compromiso.

(Basado en un microcuento de Ambrose Pierce)

"La literatura es sobre todo acerca de tener relaciones sexuales y no mucho acerca de tener hijos. La vida es al revés" (David Lodge, hoy cumple 88 años y no me consta que escriba mucho sobre sexo y si sobre la vida)

 

Y que cumplas muchos más de los 55 de hoy... canciones para escuchar en silencio y mirándose a los ojos. En penombra i de matinada o a l'alba.