EL INCOMPETENTE

Nunca había sido un hombre muy hábil. Siempre había tenido dificultades para realizar tareas simples como cocinar una cena decente o montar un mueble. Por muchas entrevistas de trabajo que le hicieron no lograba pasar de la primera. Pero jamás perdió la esperanza de mejorar así que un día decidió que era hora de hacer algo al respecto.

Compró un libro de cocina y se puso a preparar una cena para su familia. El resultado fue desastroso: terminó quemando la comida y causando un incendio en la cocina. Los libros de bricolaje no le ayudaron mucho porque aunque era tenaz, tenía poca paciencia y cuando armó un armario nuevo, terminó con tornillos sobrantes y el armario torcido. Tampoco llegó a interpretar los libros que leyó de cómo superar una entrevista de trabajo.

Finalmente supo que no importaba cuánto intentara, simplemente era un incompetente. Decidió dejar los trabajos importantes para los expertos y enfocarse en algo que no le exigía guisar, tener habilidad con sus manos ni tan siquiera pasar una entrevista de trabajo o leer un libro. Lo encontró: ahora triunfa en la política.

"La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente" (Francisco de Ayala, nacido el 16 de marzo de 1906 llegó en estado de lucidez mental hasta los 103 años y medio. Tan lúcido fue que cuando cumplió 102 años dijo: "Nosotros los jóvenes somos así" . Le dio tiempo para conocer much@s incompetentes, demasiados)

Tammi Terrell no está entre nosotr@s hoy hace 53 años. Tenía sólo 24 años cuando un tumor cerebral la separó de la vida; fue más poderoso que la montaña más alta, el ancho río y el valle profundo. Quan vaig deixar que marxessis vaig fer una promesa: que seria aquí sempre que em necessitessis. Així que no hi ha muntanya tan alta, ni vall tan profunda, ni riu tan ample que m'impedeixin arribar a tu; si em necessites, crida'm, no importa on estiguis, no importa que tan lluny, només diu el meu nom i seré aquí ràpidament; si estas en problemes seré aquí a l'instant. No hi ha vent, ni pluja ni fred hivernal que puguin detenir-me.