viernes, 2 de junio de 2023

LA BULA DEL PAPA


Roma, 2 de junio de 1537

El cardenal Giovanni Pietro Carafa se sentía furioso mientras leía la bula papal que acababa de recibir. Sublimis Deus era el título de aquel documento que declaraba que los indígenas americanos eran seres humanos verdaderos, dotados de alma, y que debían ser tratados con justicia y caridad por los conquistadores españoles. Aquello era una aberración, un insulto a la fe católica y a la autoridad de la Iglesia.

Carafa era el líder de los conservadores del Sacro Colegio, los que se oponían a las reformas del papa Paulo III, un Farnesio que había llegado al trono de San Pedro gracias a su astucia y a su nepotismo. Carafa veía en aquel papa un enemigo de la pureza doctrinal y un aliado de los herejes protestantes que amenazaban con dividir la cristiandad.

-¿Qué significa esto? -exclamó Carafa, arrojando la bula sobre su escritorio-. ¿Acaso el papa ha perdido el juicio?

Su secretario, el padre Tommaso Campeggio, recogió el papel con cuidado y lo leyó con atención. Era un hombre joven, de rostro afable y mirada inteligente. Había entrado al servicio del cardenal hacía poco tiempo, recomendado por su tío, el cardenal Lorenzo Campeggio, uno de los más influyentes del Colegio.

-Señor -dijo el padre Tommaso-, creo que el papa ha querido responder a las denuncias de algunos misioneros que han presenciado las atrocidades cometidas por los españoles en las Indias. Recordad que fray Bartolomé de las Casas escribió una carta al emperador Carlos V pidiendo que se protegiera a los indios y se les evangelizara pacíficamente.

-¡Bah! -replicó Carafa-. Ese fraile es un fanático que exagera los hechos para favorecer sus intereses. Los indios son unos salvajes que adoran al demonio y practican la idolatría, el canibalismo y el sacrificio humano. No tienen nada que ver con nosotros. Son inferiores en todo sentido. Dios los ha puesto bajo nuestro dominio para que los civilicemos y los convirtamos a la verdadera fe. Si el papa les concede derechos y libertades, está socavando nuestra misión y nuestra autoridad.

-Pero señor -insistió el padre Tommaso-, ¿no es acaso nuestro deber cristiano respetar la dignidad de toda persona creada a imagen y semejanza de Dios? ¿No nos enseñó Jesús a amar al prójimo como a nosotros mismos?

Carafa lo miró con desprecio.

-No seas ingenuo, Tommaso. Esto no tiene nada que ver con el amor al prójimo. Tiene que ver con el poder y el dinero. El papa quiere congraciarse con el emperador, que es el dueño de las Indias, y con los franceses, que son sus rivales. Quiere evitar una guerra entre las potencias europeas por el reparto del Nuevo Mundo. Y quiere asegurarse una parte del botín que los españoles extraen de aquellas tierras: oro, plata, piedras preciosas, especias...

-¿Y qué hay de la gloria de Dios? -preguntó el padre Tommaso.

-La gloria de Dios es lo que nosotros decimos que es -respondió Carafa-. Nosotros somos los guardianes de la verdad y los defensores de la fe. No podemos permitir que el papa nos imponga sus caprichos y sus errores. Debemos resistirnos a esta bula y hacer todo lo posible para anularla.

-¿Y cómo pensáis hacerlo? -quiso saber el padre Tommaso.

Carafa sonrió maliciosamente.

-Tengo mis contactos en la Curia y en las cortes europeas. Sé cómo mover los hilos para conseguir mis objetivos. No te preocupes, Tommaso. Esta bula no durará mucho tiempo. La haré desaparecer como si nunca hubiera existido.

El padre Tommaso sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. Se preguntó si estaba haciendo bien en servir a aquel hombre tan ambicioso y cruel. Se preguntó si había alguna esperanza para los indios americanos. Se preguntó si Dios estaba realmente de su parte.

"El sexo debe ser un equilibrio perfecto de dolor y placer. Sin esa simetría, el sexo se convierte en una rutina en lugar de una indulgencia" (Como no podía ser de otra manera eso lo dijo Donatien Alphonse François, Marqués de Sade para los amigos y amigas que desde que nació el 2 de junio de 1740, much@s lo seguimos atentamente)

Y que cumplas muchos más de los 40 redondos de hoy... y sin caerte por nadie que no te hace falta.  El relat d'avui està basat, com gairebé tots els que escric, en fets reals Us imagineu el final? Bona nit ben trobats.


 

 

 

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