COHERENCIA Y PACTOS POLÍTICOS
La tensión se respiraba en el ambiente. Los dos líderes de los partidos mayoritarios se encerraban en la sala de reuniones dispuestos a negociar un pacto para gobernar el país los próximos años.
Pablo, líder del Partido Social, defendía un programa de reformas progresistas, apuntando a la ampliación de derechos civiles, aumento del gasto social y regulación ambiental. En las antípodas ideológicas, Emilia, líder del Partido Conservador, prometía bajar impuestos, reforzar la autoridad en seguridad y defender los valores tradicionales.
Tras dos días de arduas negociaciones, lograron un acuerdo de mínimos que los permitiría formar un gobierno de coalición. Cada uno tuvo que ceder en aspectos significativos de su plataforma, sacrificando parte de la esencia política que los identificaba. El pacto satisfacía más las necesidades de poder de los líderes y dirigentes que las demandas y anhelos de sus votantes.
Cuando Pablo y Emilia salieron a anunciar el acuerdo ante las cámaras de televisión, sus rostros no podían ocultar cierto malestar. En pos de la gobernabilidad, habían actuado en contra de principios que hasta ayer defendían con pasión. Los periodistas los interrogaban incisivos; la ciudadanía manifestaba desconcierto en las redes sociales.
Al volver a casa esa noche, Pablo y Emilia compartían un mismo pensamiento: los pactos realpolitik, donde prima el interés electoral por sobre la coherencia ideológica, dejaban un sabor amargo y la sensación de haber traicionado algo muy íntimo. Pero ya no había vuelta atrás; la política es el arte de lo posible y ellos habían tomado la decisión de priorizar el poder sobre la coherencia. Ese era el precio de hacer política, se dijeron antes de cerrar los ojos e intentar dormir. Las convicciones podían esperar; la oportunidad de gobernar, no.
"No podemos crear lo que no podemos imaginar" (Lucille Clifton, 27 de junio de 1936 seguro que ella no imaginó lo que se desataría tres semanas más tarde en la Península Ibérica por un@s energúmenos sin imaginación. Vamos, como ahora algun@s intentan revivir) Y que cumplas muchos más de los 47 de hoy. Te envío un par de besos... bueno, tres que es número impar ya tu sabes. Seran capaços per una vegada de mantenir la coherència? Particularment soc pessimista: el sou i el poder compren els seus principis per un plat de llenties.
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