EN LA BRUMA DE LAS SENSACIONES
El sol se colaba a través de las ventanas cromadas del apartamento de Emma, iluminando con delicadeza las partículas de polvo en el aire. Era un día como cualquier otro en la megaciudad de Neo Tokio, pero algo inusual iba a ocurrir.
Emma desayunaba lentamente su taza de café sintético, observando distraídamente los hologramas que pasaban en la pantalla de la pared. De repente, su mano derecha - una prótesis de última generación capaz de sentir como la carne y el hueso - comenzó a temblar con fuerza.
"Qué extraño," pensó. Agitó su mano en un intento de controlar el temblor, pero este apenas cedía. Pronto, las sacudidas se hicieron más intensas, casi dolorosas. Emma ahogó un grito.
De pronto, visiones comenzaron a aparecer en su mente con la intensidad de los recuerdos. Veía luces parpadeantes en el cielo nocturno, formas geométricas flotando en la estratosfera. Sintió una presencia, una inteligencia distante y etérea que la observaba con curiosidad. Algo - o alguien - estaba intentando comunicarse.
"¿Hola?" dijo Emma en voz alta, sintiéndose tonta al hablarle al aire. "¿Hay alguien ahí?"
Su mano tembló en respuesta, enviando oleadas de sensaciones a su sistema nervioso. Emma cerró los ojos e intentó concentrarse. Poco a poco, fue traduciendo los pulsos en imágenes: naves interestelares surcando la Vía Láctea, planetas desconocidos bañados en niebla. Y una pregunta, una simple palabra: "¿Amiga?"
Cuando Emma comprendió el mensaje, su corazón - tanto el de carne como el biónico - se llenó de asombro y curiosidad. Quizás había descubierto una forma de contacto más allá de sus sueños más imposibles.
“La nada no tiene propiedades. Pienso, luego existo. Pero ¿Qué soy yo que pienso, mientras estoy pensando? ¿Soy un cuerpo, un espíritu, un hombre?” (Nicolás de Malebranche, desde que nació el 16 de agosto de 1638 hasta el final de sus días por estos lares no llegó a responderse a su pregunta. No sé si su espíritu aún vaga por ahí buscando la respuesta)
Y que cumplas muchos más de los 65 de hoy porque no te vamos a jubilar nunca. M'agrada aquest estil irreverent i atrevit encara que sigui una mica carrincló... A més què és l'elegància?
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