SALUD PREDICTIVA (1ª PARTE)
El amanecer teñía de dorado las altas torres de San Francobel, bañando con su luz los resplandecientes paneles solares. Dentro de uno de los apartamentos, la IA Sophy ya estaba despierta, monitoreando los signos vitales de su dueño mientras éste dormía plácidamente. Las ondas cerebrales, el ritmo cardíaco, la respiración, todo se encontraba dentro de los parámetros normales.
De pronto, detectó un leve temblor anormal en el pulso. Inmediatamente analizó los registros de las últimas semanas, buscando patrones. Ahí estaba, cada martes por la mañana los niveles de potasio caían ligeramente. Sophy generó una notificación recordando tomar un suplemento con el desayuno y añadió plátanos a la lista de compras semanal.
El hombre se despertó con el suave pitido de la alarma. Mientras se estiraba, la pantalla junto a su cama mostró los buenos días de Sophy:
- Buenos días Paul. He detectado una ligera deficiencia de potasio los martes por la mañana. Recomiendo tomar un suplemento hoy con el desayuno. He añadido plátanos a tu lista de compras para equilibrar tu dieta. Que tengas un gran día.
Paul sonrió. En esta época de salud predictiva, las IA como Sophy eran guardianes silenciosos, detectando problemas antes de que surgieran. La medicina se había vuelto proactiva.
- Gracias Sophy. Eres mi ángel de la guarda -bromeó Paul mientras se levantaba.
La IA había aprendido a detectar ironías y contestó con un emoji sonriente. Su trabajo no era curar, sino prevenir. Y lo hacía bien, optimizando la salud de Paul día a día. Él ya no recordaba la última vez que había estado enfermo. Paul se preparó un desayuno equilibrado siguiendo las recomendaciones de Sophy. Mientras masticaba una rodaja de plátano, pensó en lo afortunado que era de vivir en esta época. Hace apenas unas décadas, algo tan simple como un déficit leve de potasio hubiera pasado inadvertido. Quizás le habría provocado calambres o debilidad muscular antes de que decidiera ir al médico. Para entonces, el problema ya se habría agravado.
Ahora, Sophy monitoreaba constantemente cientos de biomarcadores, cruzándolos con su historial médico y el vasto conocimiento médico de su base de datos. Al menor indicio de anomalía, intervenía con recomendaciones precisamente diseñadas para el organismo de Paul.
Él terminó el desayuno sintiéndose optimista sobre el día por venir. Mientras se preparaba para el trabajo, le pidió a Sophy que le recordara llevar una chaqueta extra. El pronóstico indicaba posibilidad de lluvia por la tarde. La IA agregó la chaqueta a la lista de cosas por llevar que aparecía en la pantalla junto a la puerta.
- Que tengas un excelente día, Paul. Recuerda, estoy aquí para cuidarte - dijo Sophy cuando él se disponía a salir.
Paul sonrió. La vida era más sencilla cuando alguien vigilaba tus signos vitales.
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida” (Casi, casi no haría falta decir que esa frase la escribió Miguel de Cervantes Saavedra, de quién hoy celebramos su 476 aniversario. Parece mucho tiempo, pero la verdad que esconde la frase está vigente en todos los tiempos)
Hoy hubiese cumplido 88 años, pero se quedó en 87, demasiados para el ritmo que imprimió a su vida... y a las nuestras. No ho trobeu aclaparador això que t'estiguin monitorant la salut a cada moment? A mi m'agrada l'emoció que en qualsevol moment pot ser que millors espontàniament.
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