sábado, 11 de noviembre de 2023

 EL VIRUS DEL DISCO DURO


El día que todo cambió para él fue un jueves cualquiera. Se llamaba Álvaro y trabajaba como programador en una empresa de software. Su rutina era siempre la misma: levantarse, desayunar, ir al trabajo, pasar ocho horas frente al ordenador, volver a casa, cenar y dormir. No tenía amigos, ni pareja, ni aficiones. Su vida era el código.

Ese jueves, mientras revisaba unos archivos en su disco duro externo, notó algo extraño. Un archivo que no recordaba haber creado, con un nombre sin sentido: xjwqz.exe. Curioso, lo abrió con un editor de texto. Lo que vio le dejó perplejo. Era una secuencia de caracteres alfanuméricos, sin ningún patrón aparente, que ocupaba varias páginas. Parecía un código encriptado, pero no reconocía el algoritmo.

Decidió borrarlo, pensando que era algún tipo de virus o malware. Pero cuando pulsó la tecla suprimir, el archivo se resistió. Un mensaje de error apareció en la pantalla: No se puede eliminar el archivo: el archivo está en uso. Álvaro frunció el ceño. ¿Cómo podía estar en uso si él no lo había ejecutado? Intentó cerrar el editor de texto, pero tampoco pudo. El archivo se había bloqueado.

Fue entonces cuando sintió un pinchazo en la nuca. Se llevó la mano al cuello y notó un cable conectado a su piel. Era el cable USB del disco duro. ¿Cómo había llegado ahí? ¿Quién se lo había puesto? Miró a su alrededor, buscando una explicación, pero no había nadie más en la oficina. Estaba solo.

De repente, el dolor se intensificó. Era como si le estuvieran quemando el cerebro. Gritó, pero nadie le oyó. Cayó al suelo, convulsionando. El archivo seguía abierto en la pantalla, mostrando su contenido indescifrable. Era la última cosa que vio antes de perder el conocimiento.

Cuando despertó, estaba en una cama de hospital. A su lado, había un médico con bata blanca y una enfermera con mascarilla. Le miraban con preocupación.

-¿Qué me ha pasado? -preguntó Álvaro, confuso.

-Ha sufrido un ataque epiléptico –le explicó el médico-. Le hemos hecho unas pruebas y hemos descubierto algo muy extraño.

-¿Qué?

-Tiene un virus en el sistema nervioso central.

-¿Un virus? ¿Cómo?

-No lo sabemos. Es algo que nunca habíamos visto antes. Parece que se ha transmitido del disco duro de su ordenador a su cerebro.

-¿Del disco duro? ¿Qué disco duro?

-El que nos trajo su jefe. El que tenía el archivo xjwqz.exe.

-¿Ese archivo era el virus?

-Así parece. Es un virus informático que ha saltado la barrera biológica. Un virus del tipo “caballo de Troya” que se ha infiltrado en su organismo.

-¿Y qué hace?

-No lo sabemos. Está encriptado. No podemos leerlo ni eliminarlo. Solo sabemos que está activo y que se está replicando.

-¿Replicando?

-Sí. Está infectando sus neuronas, alterando sus funciones. Puede afectar a su memoria, a su personalidad, a su inteligencia…

-¿Y hay alguna forma de curarme?

-No lo sabemos. Estamos trabajando en ello. Pero es muy difícil. Es un virus nuevo, desconocido, sin antecedentes. No tenemos vacuna ni tratamiento.

-Entonces, ¿qué va a pasar conmigo?

-No lo sabemos. Lo sentimos mucho.

Álvaro sintió un escalofrío que se convirtió en un grito de terror cuando se dieron la vuelta el médico y la enfermera que lo habían atendido y vio que tenían insertado un USB en la nuca.

"La única alegría en el mundo es comenzar. Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, en todas partes." (María Bashkirtseff, nacida el 11 de noviembre de 1858, casi no le dio tiempo a empezar a vivir –se fue con 25 años- pero si nos dejó un diario que fue censurado: hablar de los sentimientos más profundos era considerado obsceno)

Y hace justo 40 años se oía la canción del video... que ha envejecido con nosotr@s. I si no us ha tocat la loteria de l'Once pensar que encara esteu vius i podeu arribar al pròxim sorteig. De la loteria, no l'altre.


 

 

 

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