viernes, 15 de marzo de 2024

EL APAGÓN


En el salón repleto de murmullos y risas contenidas, Javier se encontraba en una encrucijada social. La fiesta de gala de la empresa había reunido a colegas, jefes y competidores bajo un mismo techo ornamentado con candelabros de cristal y mesas adornadas con lirios blancos.

Con una copa de champán en mano, se acercó al grupo donde se encontraba su jefe, una figura imponente que dominaba la conversación con anécdotas de negocios y logros personales. Javier sabía que esta era su oportunidad para impresionar, pero también era consciente de que cualquier paso en falso podría costarle más que un ascenso.

Justo cuando estaba a punto de intervenir, una voz familiar resonó desde el otro lado de la sala. Era Clara, su colega y rival por el ansiado puesto de gerente. Ella, con su carisma natural, ya había captado la atención de la mayoría, incluido el jefe. Javier se debatía entre unirse a la conversación o buscar una estrategia diferente.

En ese momento, decidió que la sutileza sería su aliada. Se deslizó entre los invitados, compartiendo comentarios ingeniosos y observaciones agudas, tejiendo una red de conexiones con su encanto discreto. No buscaba el centro de atención; prefería ser el susurro que, poco a poco, se convertía en la voz de la razón en la mente de cada uno.

La noche avanzaba y, con cada interacción, Javier se aseguraba de que su presencia fuera notada, no por su volumen, sino por su valor. Al final de la velada, no solo había ganado el respeto de sus colegas, sino que también había sembrado la semilla de la confianza en su jefe, quien, sin duda, recordaría su nombre mucho después de que las luces se atenuaran y los lirios se marchitaran.

Justo cuando Javier parecía haber encontrado su ritmo, el destino decidió jugar sus cartas. Una interrupción abrupta sacudió la sala: un apagón total. En la oscuridad, los murmullos se convirtieron en exclamaciones de sorpresa y confusión. Algunos invitados sacaron sus teléfonos para iluminar sus rostros, mientras otros aprovecharon la situación para desaparecer discretamente.

Javier, aunque inicialmente desconcertado, vio una oportunidad en este caos. Se movió con confianza en la penumbra, guiando a algunos colegas asustados hacia las salidas de emergencia. Su comportamiento sereno y decidido no pasó desapercibido.

Cuando las luces finalmente volvieron, Javier estaba al lado del jefe, quien le agradecía por su liderazgo en un momento de crisis. Clara, por otro lado, había perdido su oportunidad de brillar en la oscuridad. La noche terminó con un nuevo héroe inesperado, y Javier se dio cuenta de que a veces, la verdadera medida de una persona no se muestra en la luz, sino en cómo navega la oscuridad.

"El destino teje y el hombre enreda." (Paul von Heyse, nacido el 15 de marzo de 1830 para ser premio Nobel de literatura en 1910 y hacer frases que bien pudieran haber sido hechas por mi abuela)

Y que cumplas muchos más de los 60 de hoy dándole música a la pareja del vídeo... tan monos ellos. Por cierto, no perderse el último beso.

Knife

El ganivet ballava entre els seus dits amb gràcia i precisió. El seu tacte era l'única cosa que aconseguia calmar la seva ment en aquest moment de foscor. Tot al seu voltant mancava de sentit, no sabia qui era ni a on pertanyia. Només existia aquell tall que reflectia l'interior de la seva ànima turmentada. De sobte, la fulla va trobar una sortida, alliberant la pressió que amenaçava amb fer-la explotar. La sang va fluir sobre la seva pell com una carícia suau i tèbia, retornant-li la pau encara que només fora per un instant.

 

 

 

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