EL OBSERVADOR INMÓVIL
En un mundo que gira vertiginosamente, me encuentro en el centro de una multitud que se mueve con prisa. A mi alrededor, todo es un torbellino de colores y sonidos, un río humano que fluye sin cesar. Los rostros son borrones que pasan, y las voces, un zumbido constante que no logro descifrar.
Aquí estoy, con los pies anclados al suelo, mientras observo cómo cada persona a mi lado toma su camino, seguro y decidido. Veo cómo alcanzan sus metas, cómo sus sueños se materializan en realidades tangibles, mientras yo permanezco estático, como si una fuerza invisible me mantuviera en un eterno presente sin progreso.
La sensación es la de un reloj detenido, cuyas manecillas se niegan a avanzar. El mundo sigue su curso, y yo me siento como una página en blanco en un libro que todos los demás escriben con fervor. Es la paradoja de estar rodeado y, a la vez, completamente solo en mi inmovilidad.
"Todos los partidos políticos mueren al final tragándose sus propias mentiras” (Esta frase la dijo y escribió John Arbuthnot en algún momento entre el 29 de abril de 1667 y el 27 de febrero de 1735 es decir, cuando casi no se habían inventado los partidos políticos)
Y que cumplas muchos más (es un deseo) de los 91 de hoy en plena forma aunque sea consumiendo marihuana.
Sempre en el meu pensament
El soroll de les onades trencant contra la costa, la brisa marina acariciant la seva cara, el sol càlid acaronant la seva pell. Tanques els ulls i et deixes portar per la sensació de pau i tranquil·litat. De sobte, una melodia familiar comença a sonar a la teva ment. La seva veu, dolça i melancòlica, et transporta a un altre moment, a un altre lloc. Un somriure s'esbossa als teus llavis mentre recordes aquells moments feliços que vau compartir.
"Sempre en el meu pensament", dius en veu baixa. I saps que, tot i que el temps passi i les coses canviïn, sempre tindràs un lloc especial al teu cor per a ell.
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