EL PODER DEL BESO

Marcos y Silvia se miraban desde extremos opuestos de la sala, compartiendo una promesa silenciosa: escapar. Entre risas falsas y conversaciones vacías, había algo real en esas miradas. Marcos finalmente se acercó, esquivando gente y copas de vino. “¿Nos escapamos?”, susurró. Silvia asintió.

La cocina, con su cafetera y tazas desportilladas, los recibió como un refugio. Ahí, sin la presión de ser vistos, Marcos la besó. Fue como un pequeño incendio controlado: suficiente para calentar sin quemar. Silvia sintió el cosquilleo recorrer su espalda, el latido desenfrenado del corazón, y rieron. “Mejor que el gimnasio”, bromeó él, “y sin selfies de por medio”, respondió ella.

La cocina vibraba, el rubor los envolvía. Cada beso era una revolución diminuta. “Imagínate, fortaleciendo defensas”, dijo Silvia entre besos. Marcos arqueó una ceja. “Esa es la charla sucia más rara que he oído”.

Al final, con las luces del frigorífico parpadeando, se separaron. “Suficiente cardio por hoy”, dijo Silvia. Levantaron un vaso de agua, brindaron “a la salud, a los besos”, y volvieron a besar. Porque desafiar la realidad nunca había sido tan dulce.

«No hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo» (San Agustín, nacido el 13 de novembre del 354 y que, con total Seguridad, no dijo la frase en el idioma que la he transcrito. Luego le copió Kant pero él no lo supo nunca)

Y hoy hubiese cumplido 90 años pero se bajó de "Il mondo" con 79.

Un instant en un mon que gira

En Marc mirava la ciutat des de la terrassa, la nit tenyida amb llums taronges i blaves. Va encendre una cigarreta mentre la ràdio sonava. "Il mondo...". Llavors ho va veure clar: el món girava, inalterable, implacable, però ell era petit, un simple puntet en aquella immensitat de girs eterns. Va somriure, va deixar la cigarreta al cendrer i va decidir viure aquell instant. La seva vida no canviaria el món, potser, però aquell món tampoc el podria aturar. Va tancar els ulls, respirant profundament, com si, per un moment, tot ballés al seu ritme. I el món seguia girant.