DESAFIAR A LA LUNA
La luz atravesaba las ramas como si quisiera partir la noche en dos. No era el sol, aunque parecía decidido a fingirlo; era la luna, insolente, proyectando su reflejo contra las nubes, dibujando caminos que nadie se atrevía a seguir.
Yo, desde la ventana, juré que si cruzaba ese haz de luz podría borrar todo lo que dolía. Pero la línea no se movía y mis pies tampoco. Así que me quedé ahí, mirando, como si bastara con sostenerle la mirada a la luna para que me creyera valiente.
“La inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer.” (Jean Piaget, nacido el 9 de agosto de 1896. No fue el que dijo: “dejad que los niñ@s se acerquen a mi” pero dedicó toda su sabiduría a tratar de entenderlos y que nos entendiesen a nosotr@s)
Y como hoy hablamos de Luna, no podía faltar un vídeo que le cante a su descendencia.
La lluna i el silenci
La lluna li havia promès un fill, i ella, ingènua, li havia cregut. El poble xiuxiuejava històries, com si les paraules fossin pedres llançades amb punteria.
Quan el nen va néixer, amb la pell pàl·lida i els ulls com d’aigua quieta, ell va mirar-la amb sospita. La seva mà, dura com la fusta, va escriure un final que ningú gosava llegir en veu alta.
Només la lluna, des de dalt, va somriure satisfeta, bressolant en el seu ventre de plata la veritat que mai arribaria al poble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario