JUSTICIA LENTA ES IGUAL A INJUSTICIA

Lo sé porque llevo tres años viniendo al juzgado con la misma carpeta. En la entrada me cachean, saco el cinturón, vuelvo a ponérmelo y me siento a esperar. Siempre el mismo papel en la pared con números que no avanzan. Siempre la misma funcionaria: “vuelva el mes que viene”.

Hoy por fin dicen mi nombre. Entro. El juez lee sin mirarme. Palabras claras: “se desestima”. Ni una explicación que me sirva para entender qué hice mal. Pido hablar. Me dejan dos minutos. Resumo el caso, fecho cada prueba, señalo las veces que el expediente estuvo parado. Nadie toma nota. El juez mira el reloj. La secretaria mira la pantalla.

Salgo al pasillo. Pido otra copia de la resolución para mi abogada. En la calle compro una botella de agua y me la bebo de golpe. No me siento mejor. Camino hasta la parada del autobús. En el móvil, los mensajes de mi hermana: “¿Cómo ha ido?”. Escribo: “Tarde y mal”.

De regreso a casa, abro la carpeta y tiro los recibís repetidos. Dejo solo lo imprescindible. Llamo a mi abogada: “Recurre”. Cuelgo. Hago la compra. Pongo una lavadora. Saco la basura. No hay metáfora: cuando la justicia llega tarde, no llega. Y la vida, mientras tanto, sigue sin pedir permiso.

«Organizad el mundo — no la guerra.» (Esta frase la formuló un premio nobel de la Paz, Alfred Fried nacido el 11 de noviembre de 1864. Fue en 1911 cuando fue galardonado) 

Y el que aporrea la guitarra e ideó la letra de la canción cumple hoy 75 añitos. Bueno, a esa edad ya son años.

Respirar amb ulls de tigre

Quan el timbre cau, el cor em marca el ritme. L’olor de cautxú, suor i pols em dibuixa una selva al ring. Em miro al mirall: no busco glòria, busco tornar. Un pas curt, guardes altes; el monstre és el dubte que xiuxiueja rendició. Li mossego la veu, avanço. Un directe net, silenci. Recordo la caiguda, el compte de deu, la casa buida. Ara, només aire i punys. Guanyo? No. Sobrevisc. I, per fi, aprenc a respirar amb ulls de tigre.