UN TIPO RARO

José María es un tipo raro. Llamarse así ya es toda una declaración de intenciones. Pero a él le gusta su nombre y que le llamen poniendo el acento en la "e" y no se olviden de su segundo nombre. Si a eso le añadimos que a sus 35 años no ha logrado estabilizar su vida emocional, su singularidad es evidente. No es porque José María sea un tipo feo, solo hace falta advertir sus coordenadas corporales, reparar en sus ojos verdes, su pelo moreno algo alborotado  y dejarse llevar por su sonrisa. Además es un tipo divertido, deportista y un gran conversador. Tampoco es que sea un pelagatos, es doctor en arquitectura y dirige un gabinete lleno de proyectos. Pero dicen que es extravagante. Tanto que la última relación que tuvo lo dejó porque José María no tenía un solo tatuaje en su cuerpo. Tampoco le cuelgan piercings o le brillan las orejas con pendientes de circonita o cualquier otro material al uso. Es tan estrambótico que cuando va a su gabinete lo hace andando o en transporte público. Esa curiosa manera de desplazarse ha estado a punto de costarle más de un disgusto de ser arrollado por un patinete, bicicleta, moto o runner de ciudad. Su insólita manera de comportarse llega al extremo de ceder el asiento a las personas necesitadas en el autobús o el metro y dirigirse a las personas de usted. Si hasta me da los buenos días cuando me cruzo con él en la escalera. Creo que es de esa manera porque quiere que se fijen en él. Cuestión de vanidad.

Hoy hace 4 años que la voz de  Dolores O'Riordan enmudeció. Nos dejó canciones tan especiales como la que canta en el vídeo

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