viernes, 24 de marzo de 2023

 EL DÍA QUE EL CIELO SE VOLVIÓ ROJO
 
 
 
Nadie se esperaba que la sequía fuera tan severa. Los campos se secaron, los ríos se agotaron y los animales murieron de sed. El calor era insoportable y el aire irrespirable. La gente se refugiaba en sus casas, esperando una lluvia que nunca llegaba. Los políticos prometían soluciones, pero solo se dedicaban a culparse unos a otros y a tratar de ganar elecciones para permanecer en el cargo. El pueblo estaba harto de sus mentiras y de su corrupción. Un día, un grupo de rebeldes decidió tomar el control de la presa que abastecía a la capital. Su plan era liberar el agua y repartirla entre la población. Pero algo salió mal. Una chispa provocó un incendio en el depósito de combustible que alimentaba la presa. El fuego se extendió rápidamente por las instalaciones y alcanzó el tanque principal. Una explosión sacudió la tierra y una enorme ola de agua arrasó la ciudad. La destrucción fue total. Edificios, coches, puentes y personas fueron arrastrados por la corriente. El agua se mezcló con el fuego y el humo, creando una atmósfera infernal. El cielo se tiñó de rojo y el sol se ocultó tras las nubes. 
 
El problema no era la sequía. El problema era la humanidad. 
 
"Si no sabes de donde vienes, no conseguirás entender jamás a donde quieres llegar" (Dario Fo, tuvo claro que vino a mundo el 24 de marzo de 1926 y que llegó a ser premio Nobel de Literatura en 1997. Lo de su traslado a la habitación de al lado no sé si lo supo)

Y que cumplas muchos más de los 63 de hoy echando balones fuera. Ya debes llevar más de 99 ¿a qué si?. I mentre els boscos cremen al nostre costat i l'aigua s'esgota, les paraules dels polítics no serveixen per a apagar-los ni calmar la nostra set.


 

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