sábado, 25 de marzo de 2023

 PARA QUE NO OS OLVIDÉIS


Hoy es el cambio de hora, se adelantan los relojes para entrar en el llamado horario de verano. Nos roban una hora de nuestras vidas. Eso es lo que piensa Carlos mientras mira el despertador con resignación. Tiene que levantarse para ir a trabajar, pero siente que le falta algo. Una hora de sueño, de descanso, de paz. Una hora que nunca recuperará.

Carlos se viste con prisa y sale a la calle. El sol brilla con fuerza y la gente parece animada. A él le molesta la luz y el ruido. Se siente fuera de lugar, como si viviera en otro mundo. Un mundo donde el tiempo no tiene sentido, donde las horas se comprimen o se estiran según el capricho de unos políticos que dicen que así se ahorra energía.

Carlos llega al trabajo y se sienta frente a su ordenador. Tiene que revisar unos informes y enviar unos correos. Nada importante, nada que le apasione. Solo una forma de ganarse la vida, de pagar las facturas, de llenar el vacío. Carlos mira el reloj y ve que aún le quedan siete horas para terminar su jornada. Siete horas robadas a su vida.

Carlos piensa en lo que hará cuando salga del trabajo. Tal vez vaya al cine, o a tomar algo con unos amigos, o a dar un paseo por el parque. Pero sabe que nada de eso le hará feliz. Que seguirá sintiendo que le falta algo. Que no podrá disfrutar del momento presente porque siempre estará pensando en el pasado o en el futuro. En lo que pudo haber sido o en lo que podría ser.

Carlos suspira y vuelve a su tarea. Se dice a sí mismo que no tiene sentido lamentarse por una hora perdida. Que hay cosas peores en la vida. Que hay que adaptarse al cambio y seguir adelante. Pero en el fondo de su corazón, sabe que esa hora le pertenece. Que es parte de su vida. Y que nadie tiene derecho a quitársela.

 "La vida es sólo un soplo y un sueño, los años te atropellan, las edades vuelan, los imperios se desmoronan, cuando quieres darte cuenta hoy es ya mañana y mañana fue ayer"  (Luis Landero, hoy hace 75 años que nació y me apunto a lo que expresa en su frase: vivir el presente... aunque a veces sea difícil incluso, vivir)

Jeff Healy hubiese cumplido hoy 58 años. Hizo una de las mejores versiones de "While my guitar gently weeps", una guitarra que nunca vio. No perdeu l'oportunitat de tenir aquesta matinada, a les 2, l'orgasme més durador de la vostra vida. Aprofitar-ho.


 

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