domingo, 26 de marzo de 2023

 UN VIAJE EN EL TIEMPO

Nunca pensé que fuera posible. Siempre creí que el viaje en el tiempo era una fantasía, una ilusión, una locura. Pero me equivoqué. Me equivoqué de una forma que jamás olvidaré.

Todo empezó cuando recibí una carta misteriosa. Era una carta sin remitente, sin sello, sin fecha. Solo tenía mi nombre y mi dirección. La abrí con curiosidad y leí lo que decía:

 "Estimado amigo,

 Sé que esto te parecerá increíble, pero te ruego que me creas. Soy tú mismo, pero del futuro. Te escribo desde el año 2050, donde he logrado construir una máquina del tiempo. Sé que te suena a ciencia ficción, pero es la verdad. Y te lo puedo demostrar.

 En el sótano de tu casa hay una puerta secreta que conduce a un laboratorio oculto. Allí encontrarás la máquina del tiempo que he creado. Es un dispositivo pequeño y sencillo, que solo necesita una batería y un botón para funcionar. Con él podrás viajar a cualquier época y lugar que quieras.

 Te invito a que lo pruebes. Te aseguro que no te arrepentirás. Es una experiencia única e inolvidable. Podrás ver cosas maravillosas y aprender cosas fascinantes. Podrás cambiar el pasado y el futuro. Podrás hacer lo que quieras.

 Pero ten cuidado. El viaje en el tiempo es peligroso y tiene sus consecuencias. No alteres demasiado la historia ni interfieras en los acontecimientos. No te quedes demasiado tiempo ni te alejes demasiado de la máquina. No reveles tu identidad ni tu origen a nadie.

 Y sobre todo, no me busques a mí.

 Confío en ti y en tu buen juicio.

 Tu amigo del futuro."

 Al principio pensé que era una broma. Una broma de mal gusto, de alguien que quería reírse de mí o asustarme. Pero algo me impulsó a seguir las instrucciones de la carta. Algo me hizo bajar al sótano y buscar la puerta secreta. Algo me hizo entrar en el laboratorio y encontrar la máquina del tiempo.

 Y algo me hizo pulsar el botón.

 En ese momento, todo cambió.

 Sentí un mareo y una sensación de vértigo. Vi luces y colores que se mezclaban y se desvanecían. Oí ruidos y voces que se distorsionaban y se silenciaban.

 Y luego, todo se detuvo.

 Abrí los ojos y me encontré en otro lugar.

 Un lugar que no reconocía.

 Un lugar que no era mi casa.

 Un lugar que no era mi tiempo.

“Debemos estar dispuestos a dejar ir la vida que planeamos para tener la vida que nos espera” (Joseph John Campbell, desde su nacimiento el 26 de marzo de 1904 hasta que se fue, nunca planeó su vida: se la encontró de golpe)

Y que cumplas muchos más de los setenta y todos de hoy. Aquí estaremos o no, intentando sobrevivir. Ja haureu observat els efectes que produeix el canviar d'hora. Això de veure llums no pot ser gens bo. Bona nit a tots.


 

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