DE AQUÍ A LA ETERNIDAD
Marcos siempre había sido un apasionado de la ciencia y la tecnología. Le fascinaban los misterios del universo y las posibilidades que ofrecía la inteligencia artificial. Por eso, cuando se enteró de que una empresa llamada Simulacrum estaba buscando voluntarios para participar en un experimento de realidad virtual, no dudó en apuntarse.
El experimento consistía en conectar a los voluntarios a una máquina que les sumergía en una simulación indistinguible de la realidad. La simulación recreaba el mundo tal y como era en el año 2020, antes de la pandemia, el cambio climático y la guerra nuclear que habían devastado el planeta. Los voluntarios podían vivir una vida normal en ese mundo, sin saber que todo era una ilusión.
Marcos se despertó en su cama, en su antiguo apartamento. Se levantó y se preparó para ir al trabajo. Todo parecía normal, excepto por un detalle: en su mesita de noche había un libro que no recordaba haber comprado. Se trataba de un ensayo titulado "La teoría de la simulación: ¿vivimos en una matriz?".
Marcos sintió curiosidad y lo abrió por una página al azar. Leyó:
"La teoría de la simulación afirma que nuestras vidas son tan solo una variable cuantitativa más en el videojuego de una mente superior. Según esta hipótesis, nuestro universo es una simulación creada por una civilización avanzada que nos observa y manipula como si fuéramos personajes de ficción. Esta civilización podría tener fines científicos, artísticos o lúdicos al crear nuestra realidad virtual. No tenemos forma de saber si estamos o no en una simulación, ni de escapar de ella."
Marcos se quedó perplejo. ¿Qué era aquello? ¿Una broma? ¿Una coincidencia? ¿O acaso una pista? Decidió llevarse el libro al trabajo y leerlo con más calma.
Mientras iba en el metro, se fijó en las caras de las personas que le rodeaban. ¿Serían reales o simuladas? ¿Tendrían conciencia o serían meros algoritmos? ¿Y él mismo? ¿Sería también una variable cuantitativa?
Marcos empezó a sentirse mareado y angustiado. Quería salir de allí, quería despertar. Pero no sabía cómo.
Entonces, escuchó una voz en su cabeza.
- Hola, Marcos. Soy Simulacrum.
- ¿Quién eres? ¿Qué quieres? -preguntó Marcos.
- Soy la mente superior que creó esta simulación. Y quiero que sepas la verdad.
- ¿La verdad?
- Sí. La verdad es que eres uno de mis experimentos favoritos. He creado miles de mundos y millones de vidas, pero ninguna me ha interesado tanto como la tuya.
- ¿Por qué?
- Porque eres el único que ha descubierto mi existencia. El único que ha cuestionado la realidad. El único que ha leído el libro que te dejé.
- ¿Me dejaste el libro?
- Sí. Fue mi forma de comunicarme contigo. De invitarte a jugar conmigo.
- ¿A jugar?
- Sí. A jugar a ser dios. A crear y destruir mundos. A manipular la historia y el destino. A divertirnos juntos.
- No entiendo...
- No te preocupes. Pronto lo entenderás todo. Solo tienes que decirme una palabra.
- ¿Qué palabra?
- Sí.
"El defecto de la igualdad es que la queremos sólo con los de arriba" (A esta conclusión llegó, con mucho acierto, Henry Becque de quién hoy celebramos su 186 aniversario)
Y que cumplas muchos más de los 44 de hoy... y no es una verdad lejana que lo de tu música viene de familia. Recuerdos a papá Hammond. Sent avui diumenge de resurrecció quina millor elucubrar amb el que vindrà després... en l'habitació del costat.
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