martes, 25 de abril de 2023

 EL RIFLE QUE DISPARABA CLAVELES


Era abril de 1974 en Lisboa y la ciudad estaba llena de vida y energía. La Revolución de los Claveles estaba en pleno apogeo y la gente se unía a la lucha por la libertad y la democracia. En “Radio Reinaxença” no paraba de sonar “Grandola Vila Morena” de Zeca Afonso como himno de aquél movimiento espontáneo.

Pedro era un estudiante universitario que había estado luchando por el cambio durante años. Trabajaba en una fábrica para poder pagar sus estudios y ayudar a su familia.

Un día, mientras trabajaba en la fábrica, Pedro se enteró de que los militares habían tomado el control del país. Se sintió emocionado y asustado al mismo tiempo.

Esa noche, Pedro se reunió con su amigo Joaquim, un trabajador de la construcción que también había estado luchando por el cambio. Juntos, hablaron sobre lo que significaba la revolución para ellos y cómo podían ayudar a construir un futuro mejor para Portugal.

A medida que pasaban los días, Pedro y Joaquim se unieron a las manifestaciones y protestas que tenían lugar en toda la ciudad. Lucharon juntos por la libertad y la justicia social.

Finalmente, después de semanas de lucha, Portugal se liberó del régimen autoritario del Estado Novo. Pedro y Joaquim celebraron juntos en las calles de Lisboa, rodeados de claveles rojos que fueron las “balas” arrojadas por los fusiles de los soldados.

“Nunca se va tan lejos como cuando no se sabe a dónde se va“ (La frase la dijo otro revolucionario de postín, Oliver Cronwell, nacido el 25 de abril de 1599, rayando el siglo XVII. Y el nunca supo dónde llegó)


 

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