LA NOCHE DEL FUEGO
Hoy es la noche del fuego que todo lo consume en un instante. Sus llamas arrasan con todo lo que se encuentre a su paso reduciendo a cenizas los recuerdos, las esperanzas y los sueños de una vida entera.
Por eso esta noche es una de aquellas noches en las que es obligatorio divertirse. O al menos eso es lo que dicen. La presión social y las expectativas son altas, y todos parecen estar decididos a pasarlo bien cueste lo que cueste.
Así que aquí estoy, en medio de la multitud, con una sonrisa forzada y una bebida en la mano. La música es ensordecedora y el ambiente es sofocante, pero hay que aguantar, porque es obligatorio divertirse.
Miro a mi alrededor y veo a personas saltando y gritando, como si sus vidas dependieran de ello. ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo logran divertirse tanto? Yo, en cambio, solo puedo pensar en lo cansado que estoy y en lo mucho que preferiría estar en casa, viendo una película o leyendo un libro.
Pero no, esta noche es una de aquellas noches en las que es obligatorio divertirse, así que hay que seguir adelante. Bebo otro trago y trato de relajarme, pero la verdad es que me siento como un pez fuera del agua.
Finalmente, la noche llega a su fin y me dirijo a casa, exhausto y decepcionado. ¿Por qué tenemos que obligarnos a divertirnos? ¿Por qué no podemos simplemente disfrutar de las cosas a nuestro propio ritmo y de acuerdo a nuestras propias necesidades?
Pero supongo que eso es pedir demasiado. Después de todo, esta noche era una de aquellas noches en las que era obligatorio divertirse. Y así fue, aunque para mí, la diversión fue más bien escasa y esa no se la llevó el fuego.
“Supuestamente el cerebro humano es algo parecido a una libreta que se adquiere en la papelería: muy poco mecanismo y muchas hojas en blanco” (Alan Turing del 23 de junio de 1912 no tenía una sola hoja en blanco en sus libretas ¡Que envidia!)
Y que cumplas muchos más de los 46 de hoy: a ver si te da tiempo a encontrar la letra que te falta de tu apellido. Recordeu que avui la coca es menja no s'inspira pel nas.
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