BARCELONA SI PAGA TRAIDORES
El hombre entró en el despacho con una maleta negra en la mano. Se sentó frente al escritorio de madera y miró al otro hombre, que le observaba con una sonrisa satisfecha.
- Buenas tardes, señor Coll. Espero que haya tenido un buen viaje -dijo el hombre del escritorio.
- Buenas tardes, señor Boni. El viaje ha sido largo, pero ha merecido la pena -respondió el hombre de la maleta
- Me alegro de oír eso. Supongo que ya sabe por qué le he llamado.
- Sí, claro. He cumplido con mi parte del trato. He traicionado a mis compañeros y les he entregado a usted toda la información que necesitaba.
- Así es. Y yo soy un hombre de palabra. Aquí tiene su recompensa -el hombre del escritorio, abrió un cajón y sacó un sobre.
- Gracias -dijo el hombre de la maleta, cogiendo el sobre y guardándolo en su bolsillo.
- No hay de qué. Ha hecho un buen trabajo. Ha sido muy valiente.
- No lo llame valentía, señor Boni. Llámelo pragmatismo. Yo sé que Barcelona si paga traidores. Y usted es Barcelona.
- ¿Y qué pasa con sus antiguos compañeros? ¿No le remuerde la conciencia haberles traicionado?
- No, para nada. Ellos eran unos idealistas, unos ingenuos, unos perdedores. Creían que podían cambiar el mundo con sus protestas y sus panfletos. Pero el mundo no cambia así. El mundo cambia con dinero y poder. Y usted tiene ambas cosas.
- Eso es cierto. Pero no se confíe, señor Coll. El dinero y el poder también tienen un precio. Y a veces hay que pagar más de lo que se espera.
- ¿A qué se refiere?
- A que usted no es el único traidor que hay en este juego. Hay otros como usted, dispuestos a venderse al mejor postor. Y puede que algún día se encuentre con uno de ellos.
- ¿Me está amenazando, señor Boni?
- No, solo le estoy advirtiendo. Barcelona si paga traidores, pero también los castiga cuando ya no los necesita.
El hombre del escritorio se levantó y se dirigió a la puerta.
- Bueno, señor Coll, ha sido un placer hacer negocios con usted. Espero que disfrute de su dinero y de su nueva vida.
- Igualmente, señor Boni. Hasta la vista.
El hombre de la maleta se levantó y salió del despacho. Al salir, se cruzó con otro hombre que entraba con otra maleta negra en la mano.
"Cuando un hombre dice que se hizo rico a través del trabajo duro, pregúntele: ¿Del de quién?" (Don Marquis, nacido el 29 de julio de 1878. Murió pobre, así que no sabemos si trabajó duro)
Y que cumplas muchos más de los 57 de hoy y me parece muy bien que no puedas dejar de amarle... siempre y cuando seas correspondida, claro sino es una faena. Bones i caluroses nits. M'em vaig a un refugi climàtic a agafar un refredat.
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