sábado, 1 de julio de 2023

 EL RELOJ DEL ALMA

Yo era aquel hombre que se sintió atraído por el misterioso reloj de la tienda de antigüedades. Aquel hombre que, sumido en la monotonía de la rutina diaria, buscaba algo que pudiera llenar el vacío que sentía en su interior.

La imagen del Reloj del Alma se quedó grabada en mi mente desde el primer momento en que lo vi. Su diseño único, en el que las manecillas parecían esculpir el tiempo, me intrigó profundamente. Y cuando el anciano dueño de la tienda me explicó su significado, supe que aquel reloj era algo más que una simple pieza de colección.

—Ah, el Reloj del Alma –dijo- Es una pieza única, forjada por un relojero que entendió que el tiempo no debía ocultarse, sino celebrarse en toda su crudeza. La vida es efímera, y cada instante vivido forma parte de nuestro ser. El reloj muestra las cicatrices del tiempo, recordándonos que cada momento es valioso y no debe desperdiciarse.

Lo adquirí sin dudarlos y al llevarlo a mi hogar, el Reloj del Alma se convirtió en mi compañero constante. Su tic-tac se unió al latido de mi corazón, recordándome que cada instante era valioso y debía ser apreciado. Aprendí a no temer el paso del tiempo, sino a aceptarlo como parte de mi existencia. Cada grieta en la esfera del reloj se convirtió en una historia, un recuerdo, una emoción. Y así, el reloj se convirtió en un espejo de mi alma, reflejando mi esencia misma.

Gracias al Reloj del Alma, aprendí la más valiosa de las lecciones: no hay que temer al tiempo, sino abrazarlo y aceptarlo. Cada arruga, cada cicatriz, es un símbolo de nuestra existencia, de nuestra lucha y de nuestro crecimiento. Y aunque el tiempo siga avanzando, llevándose consigo los días y los años, ya no siento miedo ni tristeza, pues sé que el tiempo es un compañero de viaje en el camino de la vida.

El Reloj del Alma sigue colgado en la pared de la sala, mostrando las cicatrices del tiempo con orgullo. Y yo, gracias a él, sigo aprendiendo a valorar cada instante vivido, cada emoción sentida, como un regalo de la vida. Porque en las huellas del tiempo se encuentra la belleza de la existencia, y cada momento es una oportunidad para crecer, para amar y para ser feliz.

"No somos sólo cuerpo, o sólo espíritu, somos cuerpo y espíritu a la vez" (Amantine Aurore Lucile Dupin de Dudevant nació el 1 de julio de 1804 y como por ese nombre no la conocía nadie, adoptó el de George Sand con el que se sentía más comod@ y reflejaba su verdadera personalidad. Toda una heroicidad para la época)

Y que cumplas muchos más de los 78 de hoy, sin parar de soñar. Por cierto...


... un fuerte aplauso para ti y no querer cambiar el paso del tiempo convirtiéndote en alguien que  no eres. Una forta abraçada a totes les dones valentes ... i a aquelles que necesiten una mica d'ajuda, també.


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