LÓGICA CELESTIAL
Era un día gris de otoño, el cielo vestía su traje más sombrío y apático, como un crítico literario en una convención de autores auto-publicados. Un hombre, llamémosle Homérico, paseaba por un desfiladero, sumergido en sus pensamientos, mezcla de filosofía barata y listas de la compra.
En el filo de lo más alto del desfiladero, Homérico encontró a otro hombre, quien miraba al vacío del barranco con la determinación de un político en campaña. Su intención era clara: probar la ley de gravedad de una forma muy poco académica.
"¡Alto ahí!" gritó Homérico, de una forma tan estereotipada que hasta los pájaros rodaron los ojos. "¡No te lances al vacío!"
El hombre se volvió, sus ojos eran dos pozos de desesperación. Comenzó a recitar una letanía de desdichas que harían que incluso un cantante de blues se sintiera agradecido por su vida. Perdió su trabajo a los 50 años, su mujer y sus hijos lo abandonaron, hasta su casa le fue arrebatada por un rico hacendado de dudosa moralidad. Para colmo, le habían robado mientras vivía en la calle.
Homérico intentó persuadirlo, hablándole del amanecer después de la tormenta, de la resiliencia, del poder del amor y todas esas cosas que suelen decir en las películas de Hallmark. Pero el hombre, como un crítico de cine frente a una secuela innecesaria, no estaba convencido. Sin más, se lanzó al vacío.
Fue entonces cuando algo extraordinario ocurrió. Homérico, con la gracia de un cambio de trama inesperado, extendió un par de alas majestuosas de su espalda. Era un ángel, porque claro, ¿por qué no? Voló hacia el hombre cayendo con la velocidad de un repartidor de pizza en hora pico.
Justo antes de que el hombre se convirtiera en una mancha abstracta en el suelo, Homérico lo atrapó en sus brazos y lo depositó suavemente en tierra. El hombre miró al ángel con la sorpresa de alguien que acaba de ver a su gato usar el inodoro.
"Hoy ha cambiado tu suerte", dijo Homérico, "Podrás vender tu historia a cualquier plató de televisión. Te harás rico y las mujeres te buscarán". Porque, al parecer, en la lógica celestial, la fama y la fortuna son la cura para todos los males.
Y así, en un giro de eventos que se burlaría de cualquier noción de verosimilitud, termina nuestra historia. Porque en la sátira, incluso los momentos más oscuros pueden tener un toque de ironía, y los ángeles pueden aparecer para convertir el desastre en un boleto dorado hacia la fama.
“No todo el mundo necesita tener una razón para ir a alguna parte“ (Cormac McCarthy, nacido el 20 de julio de 1933 y que se ha ido a la habitación de al lado hace poco sin dar razones para ello)
Y que cumplas muchos más de los 78 de hoy. Ha hecho más canciones, pero a los ojos de Bette Davis solo le reconocen la que canta en el vídeo. Diuen que la calor continuarà, com les interminables sèries de *tevetrés
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