EL OBSTÁCULO
El ministro de Interior miró con frialdad el informe que acababa de recibir. En él se detallaban los movimientos y las actividades de un periodista que llevaba meses investigando los casos de corrupción que salpicaban al gobierno. El periodista había conseguido pruebas comprometedoras que implicaban al propio ministro y a varios de sus colaboradores en una trama de sobornos, malversación y blanqueo de capitales. El ministro sabía que si esas pruebas salían a la luz, su carrera política estaría acabada y tendría que enfrentarse a la justicia.
No podía permitirlo. Tenía que actuar rápido y eliminar el problema de raíz. Llamó a su secretario y le ordenó que se pusiera en contacto con un hombre de confianza, un sicario profesional que se encargaría de liquidar al periodista. El secretario asintió con obediencia y salió de la oficina.
El ministro se quedó solo, contemplando el retrato del presidente que colgaba en la pared. Recordó las palabras que le había dicho cuando le nombró ministro: “En política, querido mío, y vos lo sabéis tan bien como yo, no hay hombres, sino ideas; no sentimientos, sino intereses; en política no se mata a un hombre, sino se allana un obstáculo”. El ministro sonrió con cinismo. Él había aprendido bien la lección. Y estaba dispuesto a seguir el consejo del presidente hasta las últimas consecuencias.
“Para todos los males, hay dos remedios: el tiempo y el silencio“ (Alejandro Dumas -padre- nacido el 24 de julio de 1802, ya no tiene ningún mal desde hace días. Entiendo lo del tiempo, pero lo del silencio...)
Y que cumplas muchos más de los 31 de hoy... y yo pensando, al oir su voz y no ver su bigote, que era una mujer. En qualsevol cas una veu preciosa.
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