EL PRECIO DE LOS SILLONES
El día después de las elecciones generales, la ciudad era un hervidero de rumores y especulaciones. Los ciudadanos se congregaban en las plazas, los bares y las redes sociales, debatiendo con pasión sobre el resultado de la votación. Los políticos, por su parte, se encerraban en sus despachos, en sus sedes y en sus coches oficiales, tratando de pactar, de comprar y de vender los escaños del nuevo gobierno.
Pero en medio de todo este alboroto, algo insólito estaba ocurriendo. Los políticos, acostumbrados a mentir con elegancia y a cuidar su imagen pública, se estaban desenmascarando. Se mostraban impacientes y nerviosos, como si tuvieran prisa por cerrar el trato.
Pronto, se hizo evidente lo que estaba pasando. Los políticos habían perdido su dignidad en el mercadeo de los sillones. Las negociaciones se habían convertido en un juego sucio, donde los políticos estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguir el asiento que ansiaban.
Las promesas hechas durante la campaña electoral se habían esfumado como el humo. Los políticos estaban dispuestos a traicionar sus principios y sus valores con tal de conseguir lo que codiciaban. Incluso aquellos que habían sido candidatos honestos y que habían prometido luchar por el bienestar de su pueblo, se habían convertido en meros títeres de sus propios intereses.
Los ciudadanos se percataron rápidamente de lo que estaba pasando y comenzaron a protestar esta situación. Pero los políticos hicieron oídos sordos, aparentemente sin importarles lo que la gente pensara de ellos.
Y así, la ciudad y el país se encontraron en una situación vergonzosa. Los políticos habían perdido su dignidad y su integridad, y el pueblo se sentía engañado y abandonado por aquellos en quienes habían depositado su confianza.
Continuará…
"La decepción es una especie de bancarrota: la bancarrota de un alma que gasta demasiado en esperanza y expectativas" (Eric Hoffer nació el 25 de julio de 1902 y le pusieron medallas por todas partes y yo he estado a punto de poner más frases de él. No me extraña que tuviese por las nubes su autoestima... y eso es bueno, muy bueno. Como el que suscribe)
Y que cumplas muchos más de los sesenta y todos de hoy... y eso que te lo están poniendo difícil con la piel y el plástico. Confesso que avui no he arribat amb el relat on volia arribar: a parlar de la dignitat. Quan ets un perdedor pensa que l'única cosa que no et poden arrabassar és la dignitat.
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