lunes, 7 de agosto de 2023

 EL PACTO DE LA DANZARINA: MATA-HARI


Margaretha Geertruida Zelle, o como la conocían los misteriosos círculos de la alta sociedad europea, Mata-Hari, caminaba con cautela por los laberintos de sombras que eran las calles de París en 1916. La ciudad de las luces parecía más bien la ciudad de las sombras, con su esplendor apagado por el manto de una guerra cruel. Los faroles titilaban como estrellas moribundas, luchando contra la penumbra.

"Eres una ciudadana de un país neutral, Margaretha", se recordó, su voz interior tan fría como el viento de la noche parisina. Pero ¿qué significaba la neutralidad en un mundo en llamas?

Su mente estaba llena de imágenes de Vadim Maslov, el piloto ruso de sonrisa fácil y ojos llenos de tormentas. Un joven león del aire, ahora domesticado por la cruel mano de la guerra, cuyo rugido había sido silenciado por una bala alemana. Ella podía ver su rostro, ahora marcado por la guerra, en cada esquina oscura, en cada farol parpadeante. Su amante, herido en el hospital de campaña, lejos de su alcance... a menos que...

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada a su destino: un edificio austero, casi espectral, que se alzaba como un faro en medio de la oscuridad. El cuartel general del Deuxième Bureau.

Dentro, fue recibida por los agentes, hombres de semblantes duros y ojos afilados como los de un halcón. Uno de ellos, un hombre de pelo plateado y mirada penetrante, la observaba con una evaluación fría en sus ojos.

"Mademoiselle Zelle", comenzó, su voz tan áspera como la de un cuervo, "usted desea ver al capitán Maslov. Pero usted sabe que el frente no es lugar para una dama... a menos que esté dispuesta a... ofrecer un servicio a la República".

La propuesta quedó en el aire, flotando como una nube negra. Margaretha sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Espiar para Francia... ¿Era ese el precio que debía pagar por ver a Vadim?

"¿Y si me niego?", preguntó, su voz apenas un susurro.

"Entonces", dijo el agente con una sonrisa cruel, "temo que el capitán Maslov debe enfrentar su destino solo".

La elección estaba clara, como un cielo despejado después de la tormenta. Margaretha miró fijamente al agente, su rostro era una máscara de determinación. "De acuerdo", dijo finalmente, "Haré lo que sea necesario".

Y así, bajo las luces parpadeantes de una ciudad en guerra, una danzarina se convirtió en espía. La neutralidad quedó atrás, perdida en las sombras de las calles de París, mientras Margaretha, Mata-Hari, se adentraba en un mundo de secretos, traiciones y peligro. Todo por el amor de un piloto con un ojo menos y un corazón lleno de fuego.

"Soy una mujer que disfruta de sus secretos" (A Margaretha Geertruida Zelle, más conocida como Mata-Hari no guardar secretos le costó ser fusilada. Nació un 7 de agosto de 1876, antes de que en el cielo se viesen las lágrimas de San Lorenzo que fue el único que hubiese llorado por ella)

Iba a decir aquello de... ¡y que cumplas muchos más! pero B.J. Thomas ya hace dos años que dejó la canción del vídeo (y otras más) que tod@s sabemos que pertenece a una película que toda mi generación ha visto... Mata-Hari, famosa "voyeur" dels secrets d'estat, la va trair l'únic home al qual va estimar en la seva vida... i això que era borni.


 

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