AMOR Y RESISTENCIA
El sol radiante de una apacible mañana acariciaba las tierras de Numancia, una antigua ciudad celtíbera que resistía valientemente el asedio implacable de las legiones romanas. En medio de este escenario de guerra y dolor, dos almas destinadas a encontrarse se preparaban para cruzar sus caminos.
Lira, una joven de cabellos oscuros como la noche estrellada, hija del sagaz jefe de Numancia, estaba imbuida de una nobleza innata. Su mirada reflejaba la fortaleza de su pueblo y su corazón latía en sintonía con la lucha por la libertad. Mientras tanto, Marco, un soldado romano con sangre noble corriendo por sus venas, sobrino del célebre Escipión Emiliano, portaba en su rostro la huella del deber y la carga de la conquista.
En un giro del destino, ambos personajes se vieron unidos por la casualidad en medio de una escaramuza. Marco, envuelto en las sombras de la captura, fue arrastrado hacia el abismo de la incertidumbre hasta que una figura femenina se alzó en su defensa. Era Lira, con su valentía y su compasión palpables, quien decidió proteger al enemigo, ocultándolo en su morada.
En aquella casa, donde la luz de la esperanza se filtraba tímidamente entre las rendijas de la oscuridad, surgió un vínculo prohibido entre los corazones de Lira y Marco. A pesar de las barreras culturales y los abismos que los separaban, el amor se entrelazó sin miramientos. Como dos estrellas fugaces en una noche eterna, su pasión ardió en silencio, guardando celosamente cada momento robado.
Mientras tanto, el asedio se intensificaba, y las garras del hambre, la sed y las enfermedades se abalanzaban sobre los numantinos. Escipión Emiliano, impetuoso como el viento que azota las llanuras, no cejaba en su empeño de doblegar la ciudad. Estrategias militares y artimañas diplomáticas se entrelazaban en su mente maquiavélica, buscando la rendición de aquel pueblo indomable.
Marco, dividido entre su deber filial y el amor que le unía a Lira, intentó persuadir a la joven para que se rindiera y entregara su espíritu rebelde a los romanos. Prometió un trato favorable, una vida sin cadenas en un mundo de esclavos. Sin embargo, Lira, leona indómita de la resistencia, se negó a traicionar a su pueblo y a su padre. Con valentía, le pidió que se uniera a ella y a los numantinos en la lucha por la libertad, donde podían soñar con un mañana sin opresión.
La situación se tornó insostenible, y los numantinos, acorralados por la adversidad, tomaron una decisión desgarradora. En un acto de desesperación y rebeldía, prendieron fuego a sus hogares, sus posesiones y sus cosechas, abrazando el destino trágico de la muerte antes que someterse al yugo romano. Lira y Marco se encontraron ante un dilema abismal: seguir las sendas marcadas por sus respectivos bandos o huir juntos hacia un horizonte incierto.
Finalmente, el amor y la valentía guiaron su destino. Como dos aves en vuelo, decidieron abandonar los senderos trillados y buscar refugio en la libertad de sus corazones. Sin embargo, la sombra de la traición acechaba en cada rincón. Los soldados romanos, como cazadores implacables, dieron caza a la pareja fugitiva.
"La conciencia es la más variable de todas las reglas" (Luc de Clapiers, nacido el 6 de agosto de 1715 y con una conciencia bastante adaptable para la época)
Y que cumplas muchos más de los 51 de hoy, tan picante como siempre. El 6 d'agost del 133 a. de C. els habitants de Numància van protagonitzar el primer suïcidi col·lectiu de la història. Com una secta qualsevol.
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