NO HAY AMOR QUE CUATRO AÑOS DURE
Una vez, en el reino de las emociones, se encontraba el Amor, revoloteando con gracia como un pájaro exótico que despliega sus alas multicolores, conquistando cada rincón con su esplendor. Pero un día, la Duda, con su rostro siniestro y su voz susurrante como la brisa otoñal, le lanzó una afirmación desalentadora: "No hay amor que cuatro años dure", dijo.
El Amor, con su coraza de pasión y su espada de la sinceridad, decidió embarcarse en un viaje para desmentir tal proposición. Atravesó montañas de indiferencia, ríos de desilusión y desiertos de soledad, siempre firmemente decidido a demostrar la eternidad de su esencia.
Un día, en el vibrante jardín de los sentimientos humanos, encontró a una pareja de almas que habían estado juntas durante tres años y trescientos sesenta y cuatro días. Eran como dos plantas de vid entrelazadas, sus vidas tan inseparables como las estrellas y la noche. El Amor se acercó a ellos, su figura brillante como el sol de mediodía, y les preguntó: "¿Es cierto que el amor no puede durar más de cuatro años?"
La pareja, cuyos corazones latían como un solo tambor en un concierto celestial, sonrió y dijo: "Tal vez para aquellos que miden el amor en términos de tiempo, cuatro años pueden parecer un límite. Pero para nosotros, cada día es una página nueva en el libro del amor, y cada año, un nuevo capítulo en esta novela interminable. El amor no es un fuego efímero que se extingue con el paso del tiempo, sino un río perenne que fluye con fuerza y constancia, alimentándose de las lluvias de la comprensión y la empatía".
El Amor, escuchando estas palabras, sonrió, su brillo deslumbrante como un faro en medio de la oscuridad. Regresó al reino de las emociones, llevando consigo la certeza de que el amor no tiene límites ni fronteras temporales.
Y así, la Duda fue silenciada, y el Amor, como siempre, triunfó. Porque el amor no es una vela que se apaga después de cuatro horas, ni un espectáculo que termina después de cuatro actos, ni una canción que se desvanece después de cuatro versos. El amor es un universo en constante expansión, un perpetuo baile de estrellas, un eco infinito en el vasto espacio del corazón humano.
Entonces, la próxima vez que escuches a la Duda susurrar con su voz traicionera: "No hay amor que cuatro años dure", recuerda esta historia y sonríe. Porque el amor no se mide en años, sino en momentos. Y un solo momento de amor verdadero puede durar toda una eternidad.
“A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la
gente más tiempo en paz“ (No puedo estar más de acuerdo con H.G. Wells, aún cuando se cumplan hoy 77 años de su traspaso a la habitación de al lado. H.G. Wells se dedicaba a eso de la ciencia-ficción y supongo que la frase estaría sacada de una de sus historias)
Y que cumplas muchos más de los 65 de hoy y si, tienes razón, un buen corazón es difícil de encontrar. Cuídalo si lo encuentras. El títol de la història d'avui l'he tret d'una notícia que està apareixent en els mitjans de comunicació -a l'estiu escriuen qualsevol cosa- i que qüestionen que l'amor vagi més enllà d'aquests 4 anys. Així que els que sobrepasseu aquest límit ja sabeu, lo vostre no es Amor, és vici.
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