EL ENIGMA DE X: UNA TEORÍA SOBRE LA POLÍTICA Y LA HISTORIA
Maximiliano era un matemático excéntrico, obsesionado con resolver el enigma de X. Su cabello era blanco y rizado, su rostro estaba surcado de arrugas y su mirada era penetrante. Fumaba sin parar, hablaba sin pelos en la lengua y no le importaba lo que pensaran los demás.
Tenía una teoría única sobre el álgebra, una teoría que, según él, revelaba la esencia misma de la política y la historia. Sostenía que el álgebra era una ciencia para la gente perezosa, ya que uno no conoce el valor de X, pero opera con él como si lo conoce. En su mente, X representaba a las masas anónimas, al pueblo.
-La política es el arte de hacer operaciones con esta X sin preocuparse por conocer su naturaleza real -decía Max con vehemencia-. Los políticos juegan con las variables, manipulan las ecuaciones y obtienen resultados que les convienen, sin entender realmente quiénes son esas masas anónimas. -¿Y tú crees que puedes entenderlas? -le preguntaba uno de sus amigos con escepticismo-. ¿Qué sabes tú de la gente común, si vives encerrado en tu mundo de números?
Max solía reunirse con un grupo de amigos, todos ellos amantes de la filosofía y la política. Les explicaba su teoría una y otra vez, convenciéndolos de que la política era un juego de números, donde X representaba el poder y la influencia.
Un día, Max decidió llevar su teoría un paso más allá. Comenzó a estudiar la historia, escarbando en libros polvorientos y documentos antiguos. Quería demostrar que hacer historia consistía en dar a X el valor exacto que debe tener en la ecuación.
Pasaron meses, y Max finalmente presentó su obra maestra: “La Ecología de la Historia”. En este libro, argumentaba que los grandes líderes y revolucionarios habían comprendido la verdadera naturaleza de X en diferentes momentos de la historia. Habían asignado el valor correcto a las masas anónimas, habían entendido sus deseos y necesidades, y habían cambiado el curso de la humanidad.
Su obra no fue bien recibida por todos. Algunos la tacharon de extravagante, otros de revolucionario. Pero hubo quienes la consideraron peligrosa, y quisieron silenciar a Max. Una noche, unos hombres encapuchados entraron en su casa y le golpearon brutalmente, dejándolo inconsciente en el suelo.
Max murió siendo un hombre incomprendido, pero su legado perduró. Su teoría siguió siendo debatida y discutida a lo largo de los años, recordándonos que, en última instancia, todos somos matemáticos en el escenario de la política y la historia, tratando de resolver el enigma de X.
Hoy la frase se contiene en el relato o éste está basado en una frase de Arthur Koestler nacido el 5 de setiembre de 1905 y a quién le agradezco que la escribiese por proporcionarme una historia que contar.
Y este 5 de setiembre hubiese cumplido 77 años uno de los mejores, pero la vida es dura como cantaba y a algunos hoy, se le habrá puesto mucho más dura (hablamos de la vida malpensad@s) Jo no sé si veient i, sobretot, escoltant el MHP Puigdemont en la seva conferència, Pedro Sánchez sabrà buidar la incògnita.
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