martes, 24 de octubre de 2023

 DIBUJOS ANIMADOS PELIGROSOS


La mañana del 24 de octubre de 1947, el estudio de Walt Disney en Burbank, California, fue asaltado por una docena de agentes del FBI armados con pistolas y órdenes de arresto. El motivo: la sospecha de que algunos de los más famosos personajes animados de la compañía eran en realidad agentes comunistas infiltrados en la industria del cine.

La operación había sido desencadenada por el testimonio de Walt Disney ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses, presidido por el congresista J. Parnell Thomas, dos días antes. Disney había acusado a varios de sus empleados de ser miembros o simpatizantes del Partido Comunista, y había señalado con el dedo a algunos de sus más queridos personajes como posibles cómplices.

“Señor Disney, ¿tiene usted alguna prueba de que Mickey Mouse sea comunista?” le había preguntado el congresista Thomas con incredulidad.

“Por supuesto que sí, señor. Mickey Mouse ha sido visto en varias ocasiones portando una hoz y un martillo, símbolos del comunismo internacional. Además, ha mostrado una clara afinidad por los animales, especialmente por los ratones, lo que indica una tendencia hacia el igualitarismo y el colectivismo. Y no olvidemos que su novia se llama Minnie, que es una forma diminutiva de Minerva, la diosa romana de la sabiduría y la guerra, que era adorada por los revolucionarios franceses”, respondió Disney con vehemencia.

“¿Y qué hay de Blancanieves y los siete enanitos? ¿También son comunistas?” insistió el congresista.

“Sin duda alguna, señor. Blancanieves es una clara alusión a la nieve roja, que es como se llama a la sangre derramada por los bolcheviques en la Revolución Rusa. Los siete enanitos representan a las siete repúblicas soviéticas que formaron la Unión Soviética en 1922. Y su canción ‘Heigh-ho’ es una forma de incitar a la huelga y al sabotaje contra el capitalismo”, afirmó Disney.

“¿Y qué me dice de la Cenicienta? ¿Acaso no es una inocente historia de amor?” preguntó el congresista.

"De inocente nada, señor. La Cenicienta es una alegoría de la lucha de clases y la revolución proletaria. La Cenicienta representa al pueblo oprimido por la tiranía de su madrastra y sus hermanastras, que simbolizan a la burguesía y a la aristocracia. El hada madrina es una metáfora del Partido Comunista, que le proporciona los medios para liberarse de su condición servil. El príncipe es un traidor a su clase, que se enamora de la Cenicienta y le ofrece unirse a él en su palacio, que es una imagen del paraíso socialista. El zapato de cristal es un elemento clave de la trama, pues representa la fragilidad del sistema capitalista, que se rompe ante el menor golpe. La Cenicienta deja caer el zapato a propósito, para dejar una pista al príncipe y al mismo tiempo provocar el pánico entre las clases dominantes, que temen que se descubra su verdadera identidad. El príncipe recorre el reino en busca de la dueña del zapato, pero en realidad lo que hace es reclutar a los demás revolucionarios que se han infiltrado en la corte. Cuando encuentra a la Cenicienta, la lleva al palacio y le revela su plan: tomar el poder por la fuerza y establecer una dictadura del proletariado. La Cenicienta acepta entusiasmada y juntos preparan el asalto final.

“¿Y qué hay de Pinocho, Bambi y Dumbo? ¿También son comunistas?” preguntó el congresista Thomas, cada vez más perplejo.

"Por supuesto que sí, señor. Pinocho es una crítica a la educación burguesa, que aliena a los niños y los convierte en marionetas del sistema. Pinocho quiere ser un niño de verdad, pero para ello tiene que superar las tentaciones del capitalismo, como el dinero, el placer y la violencia. Su conciencia, Pepito Grillo, es un representante del Partido Comunista, que le guía y le advierte de los peligros. Al final, Pinocho logra su objetivo y se convierte en un niño de verdad, pero también en un militante comunista.

Bambi es una denuncia de la explotación de la naturaleza por parte del hombre, que destruye el hábitat de los animales y los somete a su voluntad. Bambi es el líder de los animales rebeldes, que se enfrentan al cazador, que simboliza al imperialismo. Bambi pierde a su madre en el conflicto, pero no se rinde y sigue luchando hasta el final. Al final, Bambi consigue liberar el bosque y restaurar el equilibrio ecológico.

Dumbo es una alegoría de la opresión de las minorías étnicas y raciales por parte de la sociedad blanca. Dumbo es un elefante con unas orejas enormes, que le hacen ser objeto de burla y discriminación por parte de los demás animales del circo. Su única amiga es una ratita llamada Timoteo, que le ayuda a descubrir su talento oculto: volar. Dumbo usa su habilidad para escapar del circo y unirse a una comunidad de cuervos negros, que le acogen como uno más. Dumbo se convierte así en un símbolo de la resistencia y la emancipación de los oprimidos."

Los agentes del FBI irrumpieron en el estudio de Walt Disney y se dirigieron a la sala donde se guardaban los bocetos y las cintas de los personajes animados. Allí se encontraron con una escena surrealista: Mickey Mouse, Blancanieves y los siete enanitos, la Cenicienta, Pinocho, Bambi y Dumbo estaban reunidos alrededor de una mesa, sobre la que había un mapa del mundo, una bandera roja y un ejemplar del Manifiesto Comunista. Los personajes se habían cobrado vida gracias a la magia del cine y habían planeado una revolución mundial.

“¡Alto! ¡Están todos detenidos por traición y espionaje!” gritó el jefe de los agentes, apuntando con su pistola a los dibujos animados.

“¡No nos rendiremos sin luchar! ¡Viva el comunismo! ¡Viva la libertad!” exclamó Mickey Mouse, cogiendo la hoz y el martillo y lanzándose contra los agentes.

“¡Heigh-ho, heigh-ho, a la guerra vamos!” cantaron los siete enanitos, siguiendo a Mickey con sus picos y palas.

“¡No me lleven al palacio! ¡Yo quiero quedarme con mi pueblo!” gritó la Cenicienta, arrojando su zapato de cristal a la cabeza de uno de los agentes.

“¡Yo soy un niño de verdad! ¡Y un comunista de verdad!” proclamó Pinocho, usando su nariz como una lanza.

“¡Madre, te vengaré!” rugió Bambi, embistiendo con sus cuernos a otro agente.

“¡Soy el rey de los cielos! ¡Y el camarada de los cuervos!” anunció Dumbo, volando por encima de los agentes y arrojándoles cacahuetes.

Los agentes no podían creer lo que veían. Estaban atónitos ante el espectáculo de unos personajes animados que se rebelaban contra ellos. No sabían cómo reaccionar ni cómo detenerlos. Algunos dispararon sus armas, pero las balas no hacían efecto en los dibujos. Otros intentaron atraparlos, pero los personajes eran más ágiles y escurridizos. Otros simplemente huyeron despavoridos, temiendo por sus vidas.

Los personajes animados lograron escapar del estudio y se dirigieron a las calles de Burbank, donde se encontraron con otros camaradas que les esperaban: el Pato Donald, el Lobo Feroz, el Sombrerero Loco, Alicia, Peter Pan, el Capitán Garfio, la Bella Durmiente, el Genio de Aladino y muchos más. Todos ellos formaban parte de la misma conspiración comunista que había sido orquestada por Walt Disney desde hacía años.

Walt Disney no era en realidad un anticomunista fanático que había denunciado a sus empleados y a sus personajes. Era un comunista infiltrado que había usado su posición como magnate del cine para crear una red de agentes secretos que se habían hecho pasar por inocentes personajes infantiles. Su testimonio ante el Comité había sido una estratagema para despistar a las autoridades y dar el pistoletazo de salida a la revolución. Su objetivo era usar el poder de la imaginación y la fantasía para cambiar el mundo.

“¡Camaradas! ¡Ha llegado la hora de la verdad! ¡Ha llegado la hora de hacer historia! ¡Ha llegado la hora de hacer magia!” arengó Walt Disney a sus seguidores desde lo alto de un carro tirado por Pluto.

“¡Sígueme al País de Nunca Jamás! ¡Allí fundaremos la primera república socialista animada del mundo! ¡Allí seremos libres y felices para siempre!”

Y así fue como comenzó la más extraña y maravillosa revolución que jamás se haya visto. Una revolución que hizo temblar los cimientos del capitalismo y que abrió las puertas a un nuevo orden mundial. Una revolución que fue conocida como la Revolución Disney.

“Mentre les armes lluitin encara per la llibertat dels pobles oprimits, no seríem dignes de Catalunya si no féssim tots els esforços per a unir-nos i poder exigir al seu dia –no molt llunyà- la seva llibertat usurpada per la força feixista española”

(Josep Irla, nacido el 24 de octubre de 1874 en Sant Feliu de Guixols para ser presidente –en el exilio- de la Generalitat de Catalunya. No hace falta que diga mucho más del porqué tuvo que irse a Francia)

Y que cumplas muchos más de los 26 de hoy y, es verdad, no te conozco pero me gusta oír esa canción. El relat està basat en un fet real. Walt Disney va ser acusat de ser comunista i ell va dir que els comunistes eren els seus empleats. Com per a ser Mickey Mouse en aquella època als EUA.

 


 

 

 

 

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