CUANDO VAYAS DE LIGUE, ADEMÁS DE PRESERVATIVOS LLÉVATE PAPEL Y LÁPIZ
Era viernes por la noche en el antro “El Gato Caliente”. Las luces de neón teñían la pista de baile de rojo ardiente mientras sonaba “Fiebre del sábado noche” a todo volumen. Miguelito, con su camisa de poliéster ceñida y sus pantalones acampanados, observaba el panorama buscando una presa. De pronto, vio a Marisol contoneándose sola junto a la barra.
-Hola guapa, ¿bailas? –preguntó Miguelito acercándose.
Marisol sonrió coqueta. Antes de aceptar, Miguelito sacó un papel y un bolígrafo del bolsillo.
-Escribe algo, lo primero que se te ocurra -dijo tendiéndoselos.
Marisol lo miró extrañada, pero garabateó su nombre en el papel. Miguelito examinó la escritura con ojo clínico, no en vano había acabado un curso de grafología que le había costado una pasta. Las curvas sensuales de las eses y ges indicaban que aquella noche iba a ser movida.
-Vamos a la pista, bombón –dijo Miguelito satisfecho guardando el papel.
Bailaron pegados toda la noche al ritmo de los Bee Gees. De pronto sonaron los primeros acordes de "Stayin' Alive". Miguelito no pudo resistirse, la agarró por la cintura y le plantó un beso apasionado. Marisol le correspondió encantada. Sin mediar palabra, salieron del antro y se montaron en el Seat 127 de Miguelito. Enfilaron hacia el Mirador del Pecado, un lugar apartado con vistas a la ciudad que servía de escenario para encuentros furtivos desde los años 60.
Una vez allí, no perdieron el tiempo. Entre risas, forcejeos y caricias subidas de tono, el empañado cristal del coche fue testigo de una noche para el recuerdo. Miguelito supo aprovechar los impulsos descontrolados que auguraba la corta t trasera de Marisol, mientras que ella disfrutó de la ardiente agresividad que denotaban las angulosas emes y enes de él.
El reloj marcaba las 5 de la mañana cuando un agotado Miguelito dejó a Marisol en la puerta de su casa, no sin antes anotar su número de teléfono para repetir el encuentro otro día. Esa noche, la grafología había vuelto a demostrar su efectividad como GPS del revolcón. Miguelito se prometió no volver a salir de caza sin su fiel papel y bolígrafo.
“Lucha ante el invasor si eres soldado; pero compadécete de su mujer y de su huérfano” (Klas Pontus Arnoldson, nacido el 27 de octubre de 1844 para llevarse el premio Nobel de la Paz en 1908: como tantos otros premios Nobel sus palabras sirvieron para poco)
Hoy no hay cumpleaños de nadie pero, por supuesto, hay vídeo. Se llama "¿Dónde jugarán los niños?" y la lanzó Maná en 1992. Ahora y desde hace mucho, demasiados niñ@s no pueden jugar es más, ni siquiera les dejan ser niñ@s. Estic preocupat, molt preocupat pel gir tan perillós que ha pres el món. No em preocupo per mi, sinó pels meus.
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