jueves, 7 de diciembre de 2023

 LA ERA DE LA IGNORANCIA

 


Era una tarde de otoño en París. El cielo estaba cubierto de nubes grises y el aire era frío y húmedo. En una pequeña cafetería cerca del Sena, dos hombres se sentaban frente a frente, cada uno con una taza de café y un teléfono móvil en la mano. Eran amigos desde la universidad, pero hacía años que no se veían. Habían quedado para ponerse al día y recordar viejos tiempos.

-¿Qué tal te va la vida, Pierre? – preguntó el primero, que se llamaba Jean. Era un periodista de investigación que trabajaba para un prestigioso periódico. Tenía el pelo castaño y los ojos verdes, y vestía un traje azul marino.

-Bien, bien, no me puedo quejar - respondió Pierre, que era un profesor de historia en un instituto. Tenía el pelo rubio y los ojos azules, y vestía una chaqueta de cuero y unos vaqueros. - ¿Y tú, Jean? ¿Qué tal el trabajo?

-Pues la verdad es que cada vez más difícil – admitió Jean, suspirando. – Ya sabes cómo está el mundo de la información hoy en día. Todo son noticias falsas, propaganda, desinformación… Es muy complicado encontrar la verdad entre tanta basura.

-Sí, lo sé, lo sé - asintió Pierre, comprensivo. - Pero tú eres un buen periodista, seguro que haces un gran trabajo.

Gracias, Pierre, pero no es suficiente. La gente ya no lee los periódicos, solo se informa por las redes sociales, por los blogs, por los podcasts… Y ahí hay de todo, desde teorías conspirativas hasta bulos absurdos. La gente se cree lo que quiere creer, sin contrastar, sin verificar, sin pensar. Es como si viviéramos en la era de la ignorancia.

-¿La era de la ignorancia? – repitió Pierre, intrigado. - ¿Qué quieres decir con eso?

-Quiero decir que tenemos tanta información, pero sabemos tan poco - explicó Jean, con amargura. - Tenemos acceso a todo el conocimiento humano, a toda la historia, a toda la ciencia, a toda la cultura… Pero ni lo aprovechamos, ni lo valoramos, ni lo entendemos. Nos quedamos en la superficie, en lo fácil, en lo cómodo. No profundizamos, no cuestionamos, no aprendemos. Somos ignorantes por elección.

-Bueno, no creo que sea tan grave – dijo Pierre, intentando ser optimista. – Al fin y al cabo, siempre ha habido ignorancia en el mundo, y siempre ha habido gente que se ha esforzado por superarla. No podemos perder la esperanza, Jean. Hay que seguir luchando por la verdad, por el conocimiento, por la educación.

-Tal vez tengas razón, Pierre - concedió Jean, con una leve sonrisa. - Tal vez no todo esté perdido y aún haya esperanza.

Los dos amigos se miraron a los ojos, y se dieron un abrazo. Luego, volvieron a sus teléfonos móviles, y siguieron navegando por Internet, sin darse cuenta de que estaban contribuyendo a la era de la ignorancia.

"El verdadero problema del mundo es cómo impedir que salte por los aires." (Noam Chomsky, nacido el 7 de diciembre de 1928 y, además de haberme dejado una frase para inspirar el relato de hoy, lanzó la inquietante frase que habéis leído)

Y que cumplas muchos más de los 22 de hoy y sigas haciendo canciones que le gusten y hagan bailar a mis nietas aunque a mi... pues eso. Avui és dijous del pont més llarg que té la humanitat: les guerres segueixen, l@s innocents moren. Si, que torni el treball si us plau.


 

 

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