EL INÚTIL ARTÍCULO 99 DE LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS
El secretario general de la ONU, António Guterres, se sentía orgulloso de sí mismo. Había logrado convocar una reunión urgente del Consejo de Seguridad para tratar la grave situación en la franja de Gaza, donde los bombardeos israelíes habían causado miles de muertos y heridos entre la población civil palestina. Además, había invocado el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas, que le permitía llamar la atención del Consejo sobre cualquier asunto que en su opinión pudiera poner en peligro la paz y la seguridad internacionales. Estaba seguro de que su iniciativa sería aplaudida por la comunidad internacional y que lograría un cese el fuego inmediato y duradero entre Israel y Hamás, el grupo islamista que controlaba Gaza desde 2007 y que había lanzado un ataque sorpresa contra Israel el 7 de octubre de 2023, coincidiendo con la fiesta de Sucot.
Sin embargo, su optimismo se desvaneció en cuanto entró en la sala del Consejo. Allí le esperaban los representantes de los quince países miembros, con expresiones que iban desde el aburrimiento hasta el desdén. Algunos ni siquiera le miraron a los ojos cuando les saludó. Otros le dieron la mano con frialdad, como si le hicieran un favor. Solo el embajador de Francia, que presidía el Consejo ese mes, le dedicó una sonrisa forzada y le invitó a tomar asiento.
Guterres se acomodó en su silla y miró a su alrededor. A su derecha estaba el embajador de Estados Unidos, que le ignoraba mientras revisaba su teléfono móvil. A su izquierda estaba el embajador de Rusia, que le observaba con una mirada burlona. Frente a él estaba el embajador de China, que le sonreía con falsa cortesía. Y así sucesivamente, con los demás miembros permanentes y no permanentes del Consejo, que parecían estar allí por obligación y no por convicción.
Guterres se aclaró la garganta y comenzó su discurso. Explicó la gravedad de la situación en Gaza, donde los ataques israelíes habían destruido infraestructuras vitales como hospitales, escuelas, plantas de tratamiento de agua y redes eléctricas. Recordó que la ONU había declarado la zona como una emergencia humanitaria de nivel 3, la más alta posible, y que se necesitaba una respuesta urgente y coordinada para evitar una catástrofe mayor. Apeló a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, que consagraban el respeto a la soberanía, la integridad territorial y la autodeterminación de los pueblos, así como el uso de medios pacíficos para resolver las controversias. Y finalmente, invocó el artículo 99, que le otorgaba la facultad de alertar al Consejo sobre cualquier amenaza a la paz y la seguridad internacionales, y le pidió que adoptara una resolución que exigiera el cese inmediato de las hostilidades, el levantamiento del bloqueo sobre Gaza, el inicio de negociaciones entre las partes y el envío de una misión de observación de la ONU.
Mientras hablaba, Guterres notó que su audiencia no le prestaba atención. Algunos bostezaban, otros miraban el reloj, otros susurraban entre ellos. Nadie le interrumpió, nadie le hizo una pregunta, nadie le mostró apoyo. Cuando terminó, hubo un silencio incómodo, roto solo por el sonido de un aplauso solitario. Era el embajador de Francia, que se levantó y dijo:
- Gracias, señor secretario general, por su intervención. Ahora vamos a escuchar las declaraciones de los miembros del Consejo, empezando por el representante de Israel.
El embajador de Israel se puso de pie y se dirigió al podio. Era un hombre alto y delgado, con el pelo canoso y la barba recortada. Llevaba un traje azul oscuro y una corbata con la bandera de su país. Su rostro era serio y su voz firme.
- Señor presidente, señor secretario general, distinguidos colegas, Israel agradece la oportunidad de expresar su posición ante este Consejo. Antes de nada, quiero dejar claro que Israel respeta la autoridad y el papel de la ONU en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Sin embargo, Israel rechaza categóricamente la invocación del artículo 99 por parte del señor secretario general, que consideramos una injerencia inaceptable en nuestros asuntos internos y una violación de nuestra soberanía.
Guterres se sorprendió por la dureza de las palabras del embajador israelí. Quiso intervenir, pero el presidente le hizo un gesto para que se callara.
- Israel -continuó el embajador- es una democracia que respeta los derechos humanos y el derecho internacional. Israel tiene el derecho y el deber de defenderse de las agresiones de sus enemigos, que no reconocen su existencia y que buscan su destrucción. Israel no busca la guerra, sino la paz. Pero la paz solo es posible con interlocutores que renuncien a la violencia y reconozcan nuestro derecho a existir como estado judío y democrático.
El embajador hizo una pausa y miró al Consejo con desafío.
- Hamás no es un interlocutor válido para la paz. Hamás es una organización terrorista que controla Gaza con mano de hierro, que reprime a su propia población, que viola los acuerdos firmados con la Autoridad Palestina, que recibe apoyo de Irán y otros países hostiles, que almacena armas y explosivos en zonas civiles, que usa a los civiles como escudos humanos, que lanza miles de cohetes contra Israel, que intenta infiltrarse en nuestro territorio por tierra, mar y aire, que secuestra y asesina a nuestros ciudadanos, que incita al odio y al antisemitismo, que niega el Holocausto y que llama a la aniquilación de Israel.
El embajador hizo otra pausa y sacó un papel de su bolsillo.
- Tengo aquí la carta fundacional de Hamás, que fue publicada en 1988 y que sigue vigente hoy en día. Permítanme leerles algunos extractos:
- "Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo anule, como anuló a otros antes que él". (Introducción)
- "La tierra de Palestina es una tierra islámica consagrada para las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio. No se puede renunciar a ninguna parte de ella ni abandonarla ni cederla ni concederla a nadie". (Artículo 11)
- "La iniciativa de paz, también conocida como la iniciativa de paz árabe, y las conferencias internacionales buscan encontrar una solución al problema palestino a expensas de los palestinos, de su tierra y de su futuro. Estas iniciativas son contrarias a los intereses del Movimiento de Resistencia Islámica". (Artículo 13)
- "No hay solución al problema palestino excepto por la yihad. Las iniciativas, propuestas y conferencias internacionales son una pérdida de tiempo y una farsa". (Artículo 13)
- "El Movimiento de Resistencia Islámica aspira a la realización de la promesa de Alá, sea cual sea el tiempo que esto requiera. La profecía dice: 'El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan detrás de las piedras y los árboles, y las piedras y los árboles digan: Oh musulmán, oh siervo de Alá, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo'". (Artículo 7)
El embajador dejó el papel sobre el podio y miró al Consejo con desprecio.
- Estas son las palabras de Hamás, no las mías. Estas son las palabras de los que nos atacan, no las de los que nos defendemos. Estas son las palabras de los que quieren borrar a Israel del mapa, no las de los que quieren vivir en paz. ¿Y ustedes, señores del Consejo, quieren que negociemos con ellos? ¿Quieren que cesemos el fuego con ellos? ¿Quieren que les levantemos el bloqueo que les impide seguir armándose y atacándonos? ¿Quieren que les enviemos una misión de observación de la ONU que les dé legitimidad y protección?
El embajador hizo una mueca de asco.
- No, señores del Consejo, no vamos a hacer nada de eso. Vamos a seguir defendiendo nuestro derecho a existir, nuestro derecho a la seguridad, nuestro derecho a la autodefensa. Vamos a seguir combatiendo a Hamás y a sus aliados hasta que dejen de amenazarnos y de matarnos. Vamos a seguir protegiendo a nuestros ciudadanos, que viven bajo el terror de los cohetes y los túneles. Vamos a seguir actuando con la máxima precisión y proporcionalidad, evitando en lo posible dañar a los civiles, que son usados como rehenes por Hamás. Y vamos a seguir ignorando las resoluciones de este Consejo, que son sesgadas, injustas e ineficaces.
El embajador levantó la cabeza y sonrió con ironía.
- Y por último, señores del Consejo, vamos a seguir riéndonos de la invocación del artículo 99 por parte del señor secretario general, que es una broma de mal gusto, una farsa, una tomadura de pelo. El artículo 99 dice que el secretario general puede alertar al Consejo sobre cualquier asunto que en su opinión pueda poner en peligro la paz y la seguridad internacionales. Pero el único que pone en peligro la paz y la seguridad internacionales es Hamás, no Israel. El único que necesita ser alertado es el señor secretario general, no el Consejo. El único que necesita ser detenido es Hamás, no Israel.
El embajador se echó a reír y su risa se contagió a los demás embajadores, que se unieron a él con carcajadas y aplausos. La sala se llenó de un estruendo ensordecedor, que no dejaba oír el ruido de los misiles israelíes que caían sobre la población civil palestina.
Guterres se quedó petrificado en su silla, sin poder creer lo que veía y oía. Se sintió humillado, impotente, indignado. Se preguntó cómo era posible que el mundo se riera de su sufrimiento, de su esfuerzo, de su esperanza. Se preguntó cómo era posible que el mundo se riera de la ONU, de la Carta, de la paz. Se preguntó cómo era posible que el mundo se riera de él.
"¿Qué confianza puede tenerse ni qué protección encontrarse en leyes que dan lugar a trampas y enredos interminables, que arruinan a los pleiteantes, engordan a los curiales y facilitan a los Gobiernos el cargar impuestos y derechos sobre las disensiones y pleitos eternos de sus súbditos?" (Paul Henri Thiry d'Holbach, nacido el 8 de diciembre de 1723 no se ganó la vida como abogado, le iba más la filosofía ilustrada. En pocas palabras hizo una definición ajustada del sistema judicial mundial que perdura hasta nuestros días)
Nació el 8 de diciembre de 1943 y quiso entrar en el "ilustre" club de los 27, así que lo hizo como lo hicieron los otr@s: sin enterarse. Antes, eso si, nos dejó entre otras sus jinetes en la tormenta. Per cert: fa uns minuts, els representants del "setè de cavalleria" és a dir, els EUA han exercit el seu dret de veto a una Resolució de l'ONU que sol·licitava un alto-el-foc en la franja de Gaza. Uns altres que no paren de riure's.
Y no, no me he olvidado que hoy hace 43 años que Tracy Chapman acabó con la vida de John Lennon, no con su música ni su poesía. Hoy, de nuevo su himno más vivo que nunca.
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