LA GOMA DE BORRAR
La niebla de la tarde se arremolinaba entre los edificios de piedra de la anticuada ciudad. Las callejuelas retorcidas se enredaban formando un laberinto grisáceo que se perdía en la distancia. En una de estas callejuelas, un hombre caminaba apresuradamente con la mirada baja. Llevaba un viejo maletín de cuero que apretaba con fuerza.
De repente, se detuvo en seco. Algo en el aire había cambiado. Miró a su alrededor con cautela, empuñando la mano que sostenía el maletín. No estaba solo. Otras personas se movían por las sombras, ocultándose tras columnas y esquinas. Todos parecían buscar algo, o a alguien.
Fue entonces cuando lo vio. Sobre un sucio papel pegado a la pared, había un rostro conocido. Un hombre al que había visto antes. Su mirada severa se clavaba en él desde el retrato. Entonces, bajo la imagen, unas palabras garabateadas: "Buscado - Se ofrece recompensa".
Se estremeció. Sabía que ahora también a él lo buscaban. Debía esconderse, desaparecer sin dejar rastro. Metió la mano en el maletín y sacó un artilugio que parecía una pequeña goma de borrar.
Apretando el paso, se dirigió a la plaza central de la ciudad, donde la muchedumbre le permitiría pasar desapercibido. Al llegar, se mezcló entre el tumulto de vendedores y compradores. Escuchó murmullos sobre extraños sucesos, gente que parecía disolverse sin dejar huella. Su momento había llegado.
Se acercó discretamente a un hombre fornido de aspecto amenazador. Cuando éste se volvió, apretó el mecanismo. El hombre parpadeó confundido, mirando a su alrededor como si buscase a alguien. Ya no lo reconocía a él. Sonrió para sus adentros. Su artilugio había funcionado una vez más. Ahora sólo debía esfumarse antes de que también a él lo borrasen.
"La única cosa que no perdona la gente es que no muestres interés por lo que a ella le interesa." (Italo Stevo, nacido el 19 de diciembre de 1861 para decir cosas que interesaba a bastantes personas aunque él no se interesase por lo que hiciesen esas personas. Era escritor y, además, su verdadero nombre era Aron Hector Schmitz)
Hoy hubiese cumplido 108 años, pero se quedó en 60 años menos, eso si, sin haber lamentado nada. En el meu funeral vull que soni aquesta cançó amb els altaveus de gom a gom. Aquesta i The Long and Winding Road, de The Beatles... be i pot ser Let it be perquè no em maregin molt més. Ah! "Imagine" no pot faltar tampoc. Com veieu el meu enterrament serà una festa. No us ho perdeu. D'aquí uns anys però... espero.
Caramelos José Angel quina bona idea alegría en y no tristeza tu compru, bona nit
ResponderEliminarL'alegria te la regalo. El demes no ho tinc en venda. Bona nit.
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