LA MUJER DEL CABESTRILLO
No sé si es una broma del destino o una prueba de la existencia de Dios, pero lo cierto es que la mujer del cabestrillo sigue viva. La veo todos los días pasar por delante de mi ventana, andando por la acera con una mano sujetando el móvil y la otra colgando inerte de una tela blanca. No mira por dónde va, ni a quién se cruza, ni a qué se expone. Solo mira la pantalla, absorta en su mundo virtual, ajena a la realidad que la rodea.
No sé cómo se llama, ni de dónde viene, ni a qué se dedica. Solo sé que es una superviviente. Una superviviente de milagro. Porque con esa actitud, lo normal sería que ya hubiera muerto. O atropellada por un coche o por un patinete, o apuñalada por un ladrón, o mordida por un perro, o electrocutada por un cable, o aplastada por una maceta, o envenenada por un alimento, o asfixiada por un gas, o infectada por un virus, o cualquier otra desgracia que acecha en cada esquina.
Pero no. Ella sigue viva. Y yo me pregunto: ¿por qué? ¿Qué tiene ella que no tenga yo? ¿Qué sentido tiene la vida, si una persona así puede vivirla sin problemas, mientras que otras, más prudentes y conscientes, sufren y mueren por causas injustas? ¿Qué mensaje nos quiere transmitir el universo con este ejemplo de irresponsabilidad e inconsciencia?
No lo sé. Tal vez no haya ningún mensaje. Tal vez solo sea una casualidad. O tal vez sea una lección. Una lección de que la vida no es racional, ni lógica, ni justa. Que la vida es un juego, un juego de azar, en el que no importa lo que hagas, sino lo que te toque. Y que, a veces, lo mejor es no pensar, ni mirar, ni preocuparse. Sino simplemente vivir. Vivir como la mujer del cabestrillo, que camina por la calle y mira el móvil. Y que, contra todo pronóstico, sigue viva.
"La guerra es solo una continuación de la política por otros medios." (Karel Čapek del 9 de enero de 1890, primer ‘transformer’ político y primer escritor que acuñó el término ‘robot’)
Y que cumplas muchos más de los 59 de hoy y, la verdad, ojalá alguien te diga qué es el amor. Ella li va preguntar què era l'amor. Ell li va dir que era no fer-se mal. Ella li va creure i es va lliurar a ell. Ell li va fer mal i va marxar. Ella es va quedar sola i ferida. Ell va tornar a preguntar-li què era l'amor. Ella li va dir que era no tornar a veure-ho.
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