jueves, 1 de febrero de 2024

ENTREGADME MI VIDA EN BLANCO


Despertó con el olor del mar colándose por la ventana entreabierta. Un nuevo día comenzaba y con él, la libertad de plasmar su propia historia sobre el lienzo en blanco que cada alba le otorgaba. Se vistió con calma, dispuesto a dejarse llevar por el viento, sin más guía que su instinto. Bajó a la playa y contempló el vaivén de las olas, cuyo murmullo servía de bálsamo para su alma. Entonces fue cuando la vio: una silueta desgranándose sobre la orilla, dibujando con sus pies descalzos extrañas pinturas efímeras. Se acercó sin prisas y con suavidad se unió a aquel ritmo olvidado que marcaba su corazón.

A medida que se acercaba, pudo distinguir sus facciones. Era una mujer de mirada intensa que jugaba con la arena como una niña. Se saludaron con una sonrisa y emprendieron un paseo por la orilla, hablando en susurros para no romper la burbuja de quietud que les envolvía.

Preguntó su nombre. Ella se lo susurró al oído, como un secreto. Y él supo que ese simple sonido acompasaría desde entonces sus pasos. Caminaron descalzos, dejando que el agua se llevara sus huellas, borrando cualquier atisbo del pasado. Solo existía el momento que compartían, sus manos unidas, la promesa tácita de dejarse llevar sin miedo.

“El hombre es el único animal que se ruboriza. Es también el único que tiene razón de hacerlo." (Emile Littré, nacido el 1 de febrero de 1801. Traigo su frase porque no había caído en lo que expresaba hasta que la he leído)

Y que cumplas muchos más de los 28 de hoy y que no te pase como la que te acompaña en el vídeo que cumplió uno menos que tú.

 

Mamà em deia

Mamà sempre em repetia que havia de creure en mi mateixa i seguir els meus somnis sense importar el que diguessin els altres. Em va advertir que trobaria gent que tractaria de jutjar-me i posar-me límits, però que jo era prou fort com per a superar qualsevol obstacle. I així va ser, quan vaig començar la meva carrera com a cantant molts van dubtar de mi per ser tan jove. Vaig escoltar comentaris descoratjadors que potser haurien fet que uns altres es rendissin. Però cada vegada que em sentia insegura recordava les paraules d'alè de mamà. Gràcies al seu suport vaig seguir endavant i vaig demostrar que podia triomfar.

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