EL EQUILIBRIO DEL TERROR

 

—La situación es insostenible, camarada. Cada movimiento que hacemos es replicado por ellos. Es como si danzáramos al borde del abismo —dijo el general Orlov a su amigo y comisario Sokolov, mientras sus ojos se encontraban sobre el mapa estratégico que yacía entre ellos.

—Y sin embargo, debemos mantener la postura. El equilibrio del terror… es lo único que nos separa de la aniquilación total —respondió Sokolov, su voz un murmullo cargado de una gravedad que resonaba en las paredes de la habitación.

Un silencio cargado de significado se extendió entre ellos, roto solo por el crujir de un papel al ser ajustado bajo los dedos tensos del general.

—¿Pero a qué costo? ¿Cuántas vidas pendiendo de un hilo tan frágil? —la pregunta del general flotó en el aire, una nube oscura de incertidumbre.

—Es el precio de la paz, Orlov. Una paz tensa, sí, pero paz al fin —Sokolov se levantó, sus movimientos reflejando la resolución que sus palabras intentaban transmitir.

El general asintió lentamente, su mirada aún fija en las líneas que dividían naciones y destinos. Ambos sabían que el equilibrio era precario, pero era el único mundo que conocían, un mundo donde cada decisión podía ser la última.

"La lengua es el espejo de la sociedad y su instrumento, el instrumento de la cultura." (James Darmesteter, nacido el 28 de marzo de 1849. Más razón que un catalán pidiendo la oficialidad del idioma en la Unión Europea que, en aquella época, aún no se había creado)

Y que cumplas muchos más de los 76 de hoy aunque ya no sea con el teclado de esta canción.

La respiració de la locomotora

El tren era una bèstia de metall escopint vapor. Els vagons, com a gargamelles obertes, engolien als passatgers.

Elena es va pujar, buscant un seient buit. El vaivé la bressolava, adormint-la. Va tancar els ulls i es va deixar portar pel ritme del tren.

En la seva ment, les vies es convertien en rius de lava, i el moviment, en batecs d'un cor gegant.

De sobte, un rugit la va despertar. El tren es detenia bruscament. Elena va treure el cap per la finestra.

Un drac de metall, amb ulls de foc, els bloquejava el pas. La locomotora havia exhalat el seu últim alè.