UN SANT JORDI DIFERENTE

 

Las calles se despiertan con el murmullo de una multitud que se agita, como las páginas de un libro al viento. Hoy es Sant Jordi, y yo, un escritor de relatos, me sumerjo en el caos ordenado de la celebración. Las rosas rojas, símbolo de pasión, se entrelazan con el aroma del papel fresco, y cada esquina se convierte en un santuario para los amantes de las letras.

Mis dedos ansían la pluma, pero hoy no escribo; observo. La gente pasa, cada rostro una historia, cada gesto una línea en un capítulo aún por narrar. Siento el palpitar de mi corazón, un tambor que acompaña el ritmo de una ciudad enamorada de los libros. La inspiración flota en el aire, tan tangible como el tacto de una cubierta de cuero antiguo.

Los dragones de mi mente, esos temores que susurran dudas y vacilaciones, hoy están silenciados por el clamor de la festividad. La leyenda de Sant Jordi, el caballero salvador, me recuerda que cada palabra que plasmo es una espada que empuño contra la ignorancia, un escudo que ofrezco a quienes buscan refugio en la fantasía o en la realidad que les construyo.

Las rosas se venden, los libros se intercambian, y en este intercambio cultural, encuentro mi propósito renovado. Soy un escritor, un tejedor de sueños, y aunque hoy no marque el papel, cada experiencia se graba en la tinta invisible de mi ser, esperando el momento de fluir sobre el blanco inmaculado.

 

"Lo bello es una idea originaria y lo feo secundaria. Lo bello está enfrentado a lo feo por antonomasia, es sólo bello en la medida en que no es feo." (Karl Rosenkranz, nacido el día de Sant Jordi de 1805 estuvo toda su vida hablando de lo bello y de lo feo y contraponiendo ambos conceptos. A él, como a casi tod@s, le gustaba lo bello. “Su” bello)

 

Y que cumplas muchos más de los 39 de hoy cosa que conseguirás cuidándote el corazón y otras cosas querido Adetayo Ayowale Onile-Ere, Taio Cruz para l@s amig@s ¡Podrían haberte puesto Jordi que es más sencillo!

 

 

Trencar el teu cor

En la foscor de la seva habitació, la Júlia sostenia el seu cor trencat entre les mans. Cada fragment era un record punxent d'un amor perdut, un somni trencat. Va tancar els ulls i va deixar que les llàgrimes caiguessin lliurement, barrejant-se amb els trossos de vidre.

Un cop més, la melodia de "Break Your Heart" resonava en la seva ment, alimentant el dolor que la consumia. Cada nota era un punyal que li travessava el cor, recordant-li la promesa d'un amor etern que s'havia esvaït com la sorra entre els dits.

Amb un sospir tremolós, la Júlia va recollir els fragments del seu cor trencat i els va guardar en una petita caixa. Sabia que mai més podria unir-lo, però guardaria els seus records amb cura, un testimoni del amor que una vegada va sentir.

En el silenci de la nit, la Júlia va jurar que un dia trobaria la manera de reparar el seu cor trencat. Però per ara, només li quedava la música, la seva única companyia en el dolor.