EL TOP MANTA NO ES PARA LIBROS, TÍO
Bueno, vamos a ver, ¿alguna vez has pasado por esas esquinas de la ciudad donde los top manta se despliegan con toda la gracia de un circo en miniatura? Ahí están, con sus mantas bien estiradas, ofreciendo desde camisetas de marca falsificadas hasta películas pirata con una calidad digna de un VHS de los noventa. Pero, ¿libros? Libros ni de broma.
Imagínate la escena: un tipo con una gorra de los Lakers, una camiseta de "Adibas" y unas gafas de sol de Gucci (que probablemente se le vayan a romper a la primera puesta), todo bajo el cielo gris de un día de otoño. Te acercas con curiosidad, porque, oye, el ingenio humano para el contrabando siempre me ha fascinado. En una esquina ves una montaña de DVDs, y al lado, un mar de zapatillas con logos cuestionables. Pero, ¡oh sorpresa! Ni un solo libro. Ni siquiera un triste diccionario de inglés a español.
Y te preguntas, ¿por qué no venden libros? Bueno, después de una investigación exhaustiva que consistió en preguntar a mi gato y leer tres artículos de internet, llegué a varias conclusiones. La primera, y más obvia: los libros pesan. Así es, la logística del top manta no está hecha para soportar el peso de una enciclopedia británica o siquiera de una novelita de bolsillo. Ya bastante tienen con cargar todas esas zapatillas Nike (o Nicke, depende del día).
La segunda razón es aún más lógica: la gente que compra en el top manta no está buscando leer a Tolstói mientras espera el metro. Están buscando un reloj que parezca caro y un bolso que diga "Louis Vuitton" aunque esté escrito con "b". Es un tema de prioridades, ¿sabes? Nadie va a pararse a negociar por un ejemplar de "Cien años de soledad" cuando puede conseguir unas gafas de sol por cinco euros.
Y no hablemos de los títulos. Imagínate la escena: "Eh, jefe, tengo aquí una edición limitada de 'El Quijote'. Vale, tiene algunas páginas dobladas y un poco de arena de playa, pero es un clásico, ¿no? ¿No? Vale, vale, cinco euros y se lo lleva". No, hombre, no. La literatura no es exactamente la mejor opción para un negocio que se basa en la inmediatez y en la gratificación instantánea. Además, el que lee libros probablemente prefiera ir a una librería o pedirlo por Amazon, donde al menos no tiene que preocuparse de que la policía le persiga mientras decide entre García Márquez y Vargas Llosa.
Y para rematar, los libros no caducan ni pasan de moda. Así que no hay una urgencia para comprarlos en la calle, a diferencia de la última película de "Fast & Furious" o las camisetas de la final de la Champions League que se juegan mañana.
Pero bueno, supongo que parte de mí siente una pequeña melancolía por esta situación. Vivimos en una época donde la cultura del libro se va desplazando lentamente hacia el rincón de lo irrelevante. Las historias que solían ser nuestros tesoros ahora se venden en formato digital y se consumen en pantallas brillantes. Y aunque entiendo que el top manta tiene su lugar en el ecosistema urbano, a veces me gustaría ver a alguien allí vendiendo algo más que productos efímeros. Quizá algún día, entre todas esas mantas, aparezca un loco que decida vender libros. Y quién sabe, a lo mejor me acerco y le compro uno, solo por la novedad.
«La humanidad progresa. Hoy solamente quema mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mi» (Juana Manuela Gorriti, nacida el 15 de junio de 1818 aunque tardaron bastante en ponerse de acuerdo en esa fecha y en la de su traspaso a ya sabéis dónde. Si estuviese en este mundo hoy día completaría la frase diciendo: “y hoy nadie me hubiese leído”)
Y que cumplas muchos más de los 78 de hoy aunque no tengas tanto y tan singular pelo como en el vídeo.
El soroll del silenci
La nit cau sobre la ciutat, un llenç negre tachonat de llums tènues. En un carreró solitari, una figura encaputxada s'atura davant d'una porta metàl·lica. Un rètol oxidat anuncia: "Sala de concerts clandestina". Un somriure maliciós s'esbossa als llavis de l'encaputxat mentre empeny la porta, que grinyola en obrir-se. A dins, la música rugit com una tempesta, un mar de cossos sacsejats pel ritme frenètic. L'encaputxat s'endinsa a la multitud, deixant-se emportar pel soroll, per la fúria, per l'oblit. En aquest soroll assordador, troba el silenci que l'ha perseguit durant tant de temps.
Bueno estas mol traballado, pero tin q di q tens molta rao, yo procuro lligui de 5 a 6 libros, al any se q no son gairas , pero com son de diferens lecturas y ya algún q el tin q reeligui per entendral
ResponderEliminarMentre ho entenguis tan val la de vegades que ho llegeixis!
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