viernes, 28 de junio de 2024

SE TÚ MISM@


En la vorágine de nuestras vidas modernas, la autenticidad se ha convertido en una especie de unicornio; todos hablan de ella, pero pocos la han visto realmente. En una sociedad obsesionada con las redes sociales, la imagen y la validación externa, ser auténtico es casi un acto de rebeldía.

Imaginemos a Laura, una mujer de 35 años, madre de dos niños y profesional exitosa. En su perfil de Instagram, Laura siempre luce impecable: su cabello perfectamente peinado, su sonrisa inmaculada y sus hijos comportándose como angelitos en cada foto. Sus seguidores ven a una mujer que parece tenerlo todo bajo control. Pero la realidad detrás de esas fotos filtradas y editadas es otra. Laura pasa noches sin dormir, luchando contra la ansiedad y el agotamiento. Su autenticidad está oculta tras una máscara de perfección que la sociedad aplaude pero que la consume por dentro.

Luego está Javier, un joven de 28 años que trabaja en una startup tecnológica. Javier es el típico chico "auténtico" en LinkedIn, siempre compartiendo artículos inspiradores sobre liderazgo y desarrollo personal. Sin embargo, en su día a día, Javier se siente perdido, inseguro de su lugar en el mundo y agobiado por las expectativas de su entorno. Su autenticidad es tan profunda como las citas motivacionales que publica, pero rara vez se atreve a mostrar su verdadera vulnerabilidad por miedo a ser juzgado.

Nos encontramos también con Marta, una adolescente que pasa horas en TikTok imitando bailes y tendencias, buscando la aprobación de desconocidos a través de likes y comentarios. En la vida real, Marta es tímida y lucha por encontrar su propia voz. Su autenticidad está enterrada bajo capas de filtros y ediciones, sacrificada en el altar de la popularidad digital.

La ironía de todo esto es palpable. Vivimos en una era donde la autenticidad se ha vuelto un eslogan, un hashtag, una tendencia que se vende como cualquier otro producto. Nos dicen que seamos nosotros mismos, pero nos muestran imágenes de lo que deberíamos ser. La autenticidad, entonces, se convierte en un espectáculo, una performance constante donde todos somos actores interpretando el papel de nuestras vidas perfectas.

En este teatro de apariencias, ser realmente auténtico implica una vulnerabilidad que muchos no están dispuestos a exhibir. Porque, al final del día, la sociedad premia la imagen, no la realidad. La autenticidad, esa rara virtud, queda relegada a momentos privados, a conversaciones sinceras con amigos cercanos o a reflexiones solitarias en la tranquilidad de la noche.

Así que aquí estamos, navegando en un mar de superficialidad, buscando la autenticidad como náufragos que buscan tierra firme. Algunos la encontrarán en pequeñas islas de sinceridad, otros seguirán a la deriva, atrapados en la corriente de las apariencias. Porque ser auténtico en un mundo que valora más la fachada que la esencia es, sin duda, la más grande de las ironías modernas.

«El problema del poder es cómo lograr su posesión sin ser capturado por él» (Eric Ambler, nacido el 28 de junio de 1909 no tenía la solución al problema planteado y me atrevo a decir que aún nadie ha dado con ella)

Y que cumplas muchos más de los 34 de hoy llegando a lo más alto de todo lo que te propongas.

Gratacel

A la penombra de l'alba, entre boires matinals, s'alça majestuosa la torre d'acer i vidre. Un gegant desafiant que esquinça el cel, un gratacel que reflecteix l'ambició i la fragilitat de l'ésser humà. Jasmine, una jove somniadora, contempla l'imponent estructura, un símbol dels seus anhels i pors. Cada maó representa un pas en el seu camí, cada pis una meta per assolir.

La melodia de Skyscraper ressona al seu interior, una oda a la perseverança i la resiliència. Jasmine s'aferra a la lletra com a un salvavides, buscant la força per escalar el seu propi gratacel de somnis. A la cimera, sap que trobarà la llibertat i la plenitud que tant anhela.

Amb cada pas que puja, Jasmine s'acosta als núvols, deixant enrere els dubtes i les inseguretats. El món s'estén als seus peus, un panorama de possibilitats infinites. Des d'alt, Jasmine comprèn que la veritable alçada no resideix en l'estructura que l'envolta, sinó en la fortalesa del seu esperit.

 

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