PREGUNTAS INCÓMODAS
La tarta de queso se deshacía en mi boca, cremosa y con ese punto justo de dulzura que te hace cerrar los ojos y olvidarte del mundo. Pero el mundo, en forma de mi tía Maruja, no tenía intención de olvidarse de mí.
"¿Y para cuándo el novio?" preguntó, con esa mezcla de curiosidad y reproche que solo las tías saben imprimir a sus palabras.
Tragué con dificultad, no tanto por la tarta, sino por la pregunta. Miré a mi alrededor buscando una salida, pero solo encontré las miradas expectantes de la familia, como si estuvieran a punto de presenciar el truco final de un mago.
"Ah, pues..." comencé, intentando ganar tiempo mientras mi cerebro buscaba frenéticamente en su archivo de respuestas socialmente aceptables.
"La verdad es que estoy muy centrado en mi colección de plantas," dije finalmente, con una sonrisa que esperaba fuera interpretada como confianza en lugar de desesperación. "Sabes, las plantas de interior son muy exigentes. Requieren mucha atención y cuidado."
Hubo un silencio. Pude ver cómo mi tía procesaba la información, su cerebro trabajando a toda máquina para encontrar la conexión entre las plantas y la falta de pareja.
"¿Plantas?" repitió finalmente, con un tono que indicaba que mi respuesta había sido tan inesperada como su pregunta.
"Sí, plantas," confirmé, asintiendo con entusiasmo. "Son mi pasión. De hecho, acabo de conseguir un ejemplar raro de Philodendron gloriosum. Es una belleza."
La conversación se desvió entonces hacia el terreno seguro de las anécdotas de jardinería, y pude respirar aliviada. Había sobrevivido a otra reunión familiar sin tener que explicar que mi corazón latía más fuerte por las hojas verdes que por los romances efímeros.
«La felicidad no es algo que experimentamos, sino algo en lo que participamos» (John Gawsworth, nacido el 29 de junio de 1912 y que acuñó la frase que dice “lo importante es participar”. Bueno, me lo he inventado, pero alguien tuvo que ser el primer@ en decirla)
Y que cumplas muchos más de los 46 de hoy, y sigue intentándolo que cualidades no te faltan.
El nostre amor
En la foscor de la nit, la seva mirada era com un far en la tempesta. El seu tacte, un foc que cremava a la meva pell. El seu amor, un huracà que em va arrossegar cap a un abisme de passió.
En els seus llavis, vaig trobar el nèctar dels déus. En els seus braços, un refugi contra el món. El seu cor, el meu paradís particular.
Era ella, l'amor de la meva vida, la meva melodia preferida, la dona que em feia sentir invencible. I en la seva mirada, vaig veure el futur, un futur ple d'amor i felicitat eterns.
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